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Me encontraba alistando mis cosas para el campamento de verano, mi mamá está tirada en su cama dormida sin poder pararse por tanto alcohol que ingiere, de verdad me tiene harta, como desearía tener 18 para ya largarme de aquí, extraño tanto a papá. Agarre todo en una mochila y espere a que el autobús pasara a recogerme, mi mamá me tenía preocupada pues hoy en todo el día no había salido del cuarto y no había echo alguna señal de vida, okey eso fue sarcasmo. Antes de salir de mi casa le dejé una nota diciéndole que me iba de casa 3 meses, que tendría donde dormir, estudiar y practicar para que no se preocupara.
Al bajarme del autobús llegue a la central de autobuses para tomar otro hacia la ciudad de San Francisco pues si, yo no soy de San Francisco si no de una ciudad cercana, ¿por qué me quise ir hasta San Francisco? Fácil, mi amiga Emily iba a ir a ese campamento y me invitó, me pareció demasiado cool, pues tendría muchas cosas que hacer esos 3 meses. Al llegar a mi destino ahí estaba Emily esperándome.
—¡Emi!— dije corriendo a abrazarla.
—¡Hola! Te extrañe— dijo haciendo un puchero.
—Yo más, ¿Cuanto llevas aquí?— pregunté mientras me separaba del abrazo.
—No mucho, apenas están llegando los demás de décimo grado— dijo mientras miraba a su alrededor y yo sacaba mi celular. —¡Oh, mira!— dijo señalando a uña chica que se acercaba. —Lori, ella es Valentina, es de las FireHawks, ¡un equipo de hockey súper bueno!, es mi amiga de noveno grado y como ella vendría pense que sería buena idea presentarlas— dijo, yo solo al escuchar ese nombre me volteé para confirmar mis sospechas y si, era la mismísima Valentina Ortiz, la misma de la que me hice amiga en séptimo grado y luego se convirtió en mi novia y terminamos porque ella solo me utilizo para un reto y honestamente yo era la misma rubia tonta que sigo siendo ahora y no tenia ni idea que solo me utilizaba, por esa razón ahora la detesto, eso no importa. Dejé mi celular y volteé a verla, estaba tan cambiada, tenía un mechón rojo que adornaba su rostro y resaltaba en lunar de su mejilla izquierda, sus pestañas bien pintadas, estaba más alta y sobre todo como olvidar su collar con su nombre que siempre llevaba en su cuello.
Su sonrisa pasó a una mueca de disgusto al solo ver mi cara, yo solo mantuve contacto visual por un rato hasta que Emily decidió romper la tensión.
—¿Ya se conocían?— preguntó más confundida que nunca.
—Como no olvidarla— respondí irónicamente. —Debo ir adentro a guardar mis cosas, nos vemos allá— dije dándole un beso en la mejilla a mi mejor amiga, Valentina solo veía la escena sin decir nada. Voy a recapitular lo que fue nuestra relación en séptimo, empecemos con que fuimos novias de manita sudada, nunca hubieron besos ni nada así, y al enterarme que me era infiel con su amiga Marie, me aleje de ella y ella siempre intentaba arreglar las cosas pero yo solo la bateaba, le dije cuanto la odie y la odio, le dije que jamás quería volverla a ver, le dije un montón de cosas y solo así dejo de molestarme, pero aquí estamos otra vez. Dios, mátame.
