C A P Í T U L O 2
"Poniendo orden"—¿Quién es? Creí que no conocías a nadie aquí— preguntó Matt, alzando una ceja cuando escuchó que alguien tocaba la puerta de mi habitación de hotel.
Era de mañana, y hoy se suponía que tendría que buscar trabajo y departamento. Así que invité a Kim y Matt por mensaje para que viniesen a ayudarme. Sabía que se llevarían muy bien. Matt había llegado hace un tiempo. Pero, no había hablado con Kim desde anoche, pero esperaba que estuviera mejor que yo.
—Es Kim, con la que anoche salí. Te va a caer bien, ya verás. Además, está soltera— le guiñé un ojo y él se rió.
—Hablando de eso, tengo algo que-
Abrí la puerta y la voz de Kim interrumpió lo que sea que Matt iba a decir.
—Diablos, no debí beber tanto anoche. Mi cabeza palpita y creo que voy a vomitar— se quejó Kim, haciéndome a un lado y entrando.
—Claro, pasa. Siéntete como en tu casa— dije con ironía.
La pelirroja caminó un poco y se detuvo en seco. Se volteó hacia mí, mirándome confundida.
—Por favor, dime que también ves al chico guapo que está sentado en el sofá. Dios, estoy peor de lo que creí. ¡Ahora imagino cosas!— chilló tocándose la frente con la mirada preocupada.
—Kim, creo que sigues borracha, no hay nadie aquí además de tú y yo. ¿Segura que no te pusieron nada en tu vaso anoche o hay algún ex novio del cual no me hablaste con el que pudieras alucinar?— mentí, jugando con la pobre y esperando que no fuera tan estúpida para creérselo.
—¿Qué? Claro que no. Sabes, creo que voy a dormir, no me despiertes— bufó y caminó en dirección al dormitorio—. Por cierto, no sabes cuánto amo las camas de los hoteles. Por lo general dejan chocolates debajo de las almohadas.
Sí, mi amiga era un caso perdido.
—Kim, estaba bromeando— reí y la tomé del brazo para dirigirla hacia Matt, que se había quedado callado con una sonrisa burlona todo este tiempo—. Él es Matt, lo conocí en el avión. Matt ella es Kim.
Kim parpadeó un par de veces, aún sin saber qué creer.
—Un placer, Kim— le tendió Matt la mano, en forma de saludo, tal como lo hizo conmigo en el avión.
—Oh, entonces sí eres de verdad— murmuró Kim, tococando con un dedo el pecho de Matt.
—Hasta donde sé, lo soy— rió Matt.
—Bien, felicitaciones, ya se conocen. ¡Ahora ayuden a esta pobre chica sin departamento y trabajo, por favor!— chillé, llamando la atención de ambos.
—Bueno, yo hablé con el vecino y me dijo que la renta es de $300 al mes. Si quieres, podemos ir a verlo, es perfecto para una persona— dijo Matt.
—Y yo creo que eres una perra con suerte porque justamente hoy hablé con un amigo que me dijo que la asistente personal de la dueña de la empresa está de vacaciones porque ya sabes, estaba embarazada y bueno ya tuvo al pequeño, por lo que no puede trabajar— comentó Kim—. Y no sé si sabes, pero resulta ser que esa empresa es bastante prestigiada aquí en Seattle.
—¿Y cómo se llama la empresa?— pregunté.
—La empresa se llama Clark's Exporting Enterprise y es una de las principales que se encargan de la exportación de mercancía a través de continentes. Y la señora Clark es la dueña de tal imperio— explicó.
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Salvándote
Romance¿Qué harías si no pudieras decir dos palabras? Esas palabras que significan tanto para otra persona. ¿Qué harías si no pudieras sentir o expresar tus sentimientos? En especial el más importante: Amor. ¿Qué harías si nadie puede salvarte de la oscuri...