C A P Í T U L O 1
"Nuevo comienzo"—Amanda, vamos. No vaya ser que te pierdas el vuelo— me llamó mi madre subiéndose al auto.
No quería irme, dejar a mi madre y a Christian. Pero si quería tener una mejor vida tenía que hacerlo. Todos querríamos eso, pero no todos eran lo suficiente valientes para intentarlo. Y yo quería arriesgarme.
—Ya voy— respondí casi en un susurro.
Observé por última vez mi casa, la casa en dónde había pasado toda mi vida hasta ahora. Mi cerebro proyectó imágenes, recuerdos felices, en los lugares donde habían ocurrido. Aquí había sido donde di mi primer beso, donde aprendí a andar en bici y donde vi por última vez a mi padre. Pero también es aquí, Colorado, donde me destruyeron, de varias maneras.
Tomando un suspiro, subí al auto. Christian estaba conduciendo y mi madre a su lado. Christian era el novio de mi madre, una muy buena persona. Se conocieron cuando la pastelería de mamá se incendió y ella quedó atrapada dentro, pero un bombero la rescató, y sí, ése fue Christian. Algo por lo que siempre le estaré agradecida, claro. Luego de ese incidente, ella y Christian comenzaron a salir, luego avanzar más y más hasta que ahora él se vino a vivir con nosotras. Era una gran y envidiable historia romántica que contar.
Aparcamos el auto entre dos camionetas y Christian fue el que se encargó de cargar mi maleta. No era mucho lo que estaba llevando, podía comprarme ropa cuando llegase a mi destino, así que no era demasiado pesada. Mientras más me acercaba a las puertas corredizas del aeropuerto, más sentía los nervios; me sudaban las manos y tenía el pulso acelerado.
Yo quería una nueva vida, empezar de cero, dejar todo atrás. Por eso había decidido mudarme a otro estado, no era que Colorado no me gustase, pero siempre había querido vivir en una ciudad más grande. Seattle me brindaría una nueva experiencia, conocería nuevas personas, un nuevo apartamento y trabajo, entre muchas otras cosas.
Luego de veinte minutos, logramos hacer los documentos y dejar mi maleta para que la suban al avión. Estaba por embarcar el vuelo y me detuve para despedirme de mi familia. Bueno, la pequeña familia que tenía.
—Amanda, cariño, sabes que te amo. Espero que te vaya bien— murmuró mamá, me abrazó y yo la recibí con los ojos llorosos—. No te olvides de venir para las fiestas, ¿eh?— su pecho subís y bajaba rápidamente y sabía que estaba llorando. Por suerte, ya habíamos hablado de lo más importante en casa y ahora solo quedaba decir adiós. Bueno, un hasta luego. Porque, no era que nunca volvería, ni de lejos, si no que vendría cuando mi mamá me necesitase, para las fiestas y ocaciones especiales.
Mi madre me soltó y Christian me abrazó —Amanda, eres como mi hija, te deseo lo mejor y espero que nos llames todos los días; tu madre y yo te extrañaremos mucho— me dio un beso en la frente y justo en ese momento, llamaron para que subiese al avión.
Les di un último y rápido abrazo a ambos y me dirigí a la puerta de embarque, aún con lágrimas en mi rostro.
• • •
Busqué con la mirada mi asiento, el 38A. Caminé por el pasillo angosto entre los asientos del avión, tratando de no tropezarme con las demás personas y sus equipajes de mano. Lo encontré luego de caminar hasta casi la mitad del avión y vi que era al lado de la ventana. También noté que había un chico al lado.
Él, al ver que me acerqué, me saludó con un ademán, sonriendo. No era tan guapo, yo diría que era bastante regular. Su rostro sí era bonito, tenía unos cálidos ojos celestes que inspiraban confianza, una nariz de tamaño perfecto para su rostro y lo que me llamó más la atención era un aro que tenía del lado derecho del labio inferior, algo que lo hacía ver sexy, pero no era mi tipo. Parecía un hombre joven a juzgar por la última observación, el aro en su labio.
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Salvándote
Romance¿Qué harías si no pudieras decir dos palabras? Esas palabras que significan tanto para otra persona. ¿Qué harías si no pudieras sentir o expresar tus sentimientos? En especial el más importante: Amor. ¿Qué harías si nadie puede salvarte de la oscuri...