Bootes

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Lunes, 26 de noviembre de 2024

A la hora del almuerzo quedé con Dasy y Arthur-mis compañeros de clase-para comer juntos y luego seguir con el proyecto de grupo.

Fuimos a un restaurante de comida india que se encontraba cerca de la universidad.

Al terminar fuimos a la biblioteca.
Teníamos que empezar la presentación.

-Abi, ¿pasaste las fotos al pen?-me preguntó Dasy

-Sí, las pasé ayer-asintió.

-Arthur, ¿te encargaste de editar las fotos?-pillé a Arthur mirando a Dasy. Se nota que le gusta. Harían buena pareja-pienso.

-Sí, sí. Ya está hecho.

-Genial, yo empezaré la presentación-se ofreció Dasy.

Estuvimos trabajando durante hora y media y ya teníamos más de la mitad de la presentación hecha, así que íbamos sobrados de tiempo.

Volví a casa a pie y cuando llevaba 10 minutos caminando empezó a llover de manera intensa y tuve que resguardarme en un local.-Genial, tengo una suerte increíble-pensé, irónica.
Me senté en la barra sin saber muy bien qué hacer.

-¿Te conozco?-me preguntó un hombre que estaba sentado a mi derecha

Apestaba a alcohol. Dios sabe desde cuándo había estado ese bebiendo
Se me ocurrió que lo mejor sería ignorarlo

-¿De qué te conozco?-me volvió a preguntar, con una mirada desorientada.

Me estaba empezando a asustar. ¿Quién era aquél tipo?.

No paraba de observarme de arriba a abajo y decidí entrar en el baño y esperar a que se fuera, aunque no tenía pinta.

Tocaron a la puerta del baño. Otra vez y otra. Di un brinco del susto. Siguieron golpeando la puerta de forma brusca.

¿Sería ese hombre de nuevo?. Cada vez estaba más nerviosa. Me miré en el espejo. Mi cara estaba tan pálida como una azucena por la tarde.

-Tú, fuera-dijo una voz desconocida.

-¡He dicho que fuera!. ¡Ya!-pegué un brinco al escuchar aquella voz estentórea.

El jaleo cesó.

Oye, ¿estás bien?-me preguntaba la voz desconocida

-Sí, iba a salir ahora mismo.

-Puedes estar tranquila. Lo he echado del local-dijo la voz, profunda.

-Gracias. Vi a un chico alto y moreno, de cuerpo robusto y ojos azules y vestido entero de negro. Sería algún empleado.

-No tienes que darme las gracias. ¿Te ha hecho algo?

-No, no te preocupes. Estoy bien-entrecerró los ojos. No parecía estar convencido con mi respuesta.

-¿Cómo te llamas?

-Abi

-Ese llevaba desde esta mañana bebiendo. Debí echarlo antes-seguía mirándome fijamente a los ojos.

-Lo importante es que tú estés bien-su voz me transmitía paz y tranquilidad. En cambio, no lograba descifrar esos ojos del color del océano. No podía ver a través de ellos. Tenían una expresión tan misteriosa-escuché unos chasquidos que me hicieron volver al presente.

-¿Estás ahí?. Te has quedado embobada-me sonrojé y percibí sus labios se curvaban lo más mínimo-no sabía si considerarlo una sonrisa, pero me gustaba-luego volvió a su faceta chico duro.

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⏰ Última actualización: Oct 08 ⏰

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