Prólogo

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Harry Potter se adentró en el bosque, decidido a enfrentar a Voldemort y cumplir con su destino. Pero lo que no sabía era que su destino estaba ligado de manera inextricable con el del Señor Oscuro. La verdad era que Harry era el hijo de Voldemort, de un hombre concebido mediante la magia oscura y la amortentia, una poción que eliminaba los sentimientos y la empatía.

Cuando Harry descubrió la verdad sobre su padre, se sintió abrumado por la culpa y el odio hacia sí mismo. ¿Cómo podía ser el hijo de un psicópata, un hombre que carecía de sentimientos y empatía? La revelación lo hizo cuestionar su propia identidad y propósito.

Pero lo que era peor, Dumbledore le reveló que la profecía que había guiado su vida era falsa. La verdadera profecía decía que Harry sería el siguiente en llevar la maldición de Voldemort, no que lo derrotaría. Dumbledore había ocultado la verdad y había criado a Harry para que siguiera el camino del bien, intentando cambiar su destino.

Harry se sintió traicionado y confundido. ¿Por qué tenía que ser él quien muriera para salvar al mundo mágico? ¿Por qué no podía haber sido diferente si hubiese sabido la verdad antes? ¿Hubiese sido capaz de cambiar su destino si hubiese conocido su verdadera identidad?

Mientras lanzaba la primera maldición a Voldemort, Harry sintió una impotencia abrumadora. ¿Por qué siempre tenía que ser él? ¿Fue criado solo para morir? ¿No era suficiente para recibir amor y aceptación?

En ese momento, la maldición de Voldemort se detuvo, y Harry también. Su destino parecía sellado, y su futuro, incierto. La pregunta era: ¿podría Harry cambiar su destino, o estaba condenado a seguir el camino que su padre había trazado para él?


Voldemort miró a Bellatrix con una mirada intensa. "-Bella, dilo-".


Bellatrix dio un paso adelante, su voz tembló ligeramente al hablar. "La sangre del Señor Oscuro correrá por sus venas... Y su destino estará sellado, sin escape posible". Su mirada se dirigió hacia Harry, y por un momento, pareció que iba a mostrar compasión. "Aunque tenga la oportunidad de elegir... Su corazón pertenecerá a la oscuridad, no a la luz".


Voldemort asintió con la cabeza, una sonrisa cruel se formó en su rostro. "Sí, Bella. La profecía es clara. Mi hijo está condenado a seguir mi camino, a ser un instrumento de la oscuridad".


La atmósfera se volvió aún más tensa, la maldición que Voldemort había estado acumulando se hizo más fuerte, lista para ser lanzada en cualquier momento. La suerte de Harry parecía sellada, su destino ligado al de su padre, el Señor Oscuro. Pero aun así soltó lo que pensaba.


"¡Lo sabías todo el tiempo! ¡Sabías que era tu hijo y no hiciste nada para cambiar mi destino! ¡Creí que, incluso siendo el monstruo que eres, tendrías algo de humanidad en ti! ¡Pero no, eres solo un ser vacío, sin corazón, sin alma! ¡Solo sabes destruir y hacer sufrir! ¡Y ahora, quieres matarme, quieres matar a tu propio hijo! ¡Eres peor que un monstruo, eres un... un... no sé qué eres! ¡Eres algo que no debería existir!"


Mientras hablaba, Harry clavó su mirada en los ojos de Voldemort, buscando alguna señal de remordimiento o arrepentimiento. Y por un instante, creyó ver algo que lo hizo titubear. Un destello de dolor, un reflejo de tristeza, algo que no había visto antes en aquellos ojos fríos y calculadores. Pero la duda duró solo un momento. La certeza de que Voldemort no cambiaría, de que siempre sería un monstruo, lo llenó de determinación.

El enigma de Harry Black //Drarry//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora