Capítulo III

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No pondré la advertencia de para mayores de 18 porque todo el fic es para mayores de 18

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POV LENA

Azoto la puerta detrás de mí, el sonido hace eco en la habitación. Kara salta ante el ruido, luego mira alrededor, observando la sencilla cabaña. Una pequeña cocina con una pared donde he colocado todas las recetas de sus platos favoritos. Espero con ansias cocinar uno de ellos para ella, luego la sentaré en mi regazo mientras nos alimentamos la una a la otra. Tal vez mi polla se encuentre enterrada profundamente en su interior mientras comemos.

La habitación es bastante sencilla; solo un escritorio, una mesa con un par de sillas, y por supuesto una cama. Me asegure de que la cama fuera pequeña, pero tiene postes así puedo atarla. Kara deberá dormir encima mío, o bien juntas. Su redondo culo apretando mi polla donde puedo frotarla entre sus nalgas. Puedo rodar encima de ella en medio de la noche directo dentro de su cuerpo y no puede detenerme de hacerlo. Cada vez que mi polla se endurezca, podre separar sus piernas y tomar lo que es mío. Porque Kara es mía. Ahora solo es cuestión de que ella se dé cuenta de cuan cierto es.

—¿Durante cuánto tiempo me tendrás aquí? — Su respiración es entrecortada mientras dice las palabras. Su mirada brilla, intensos ojos azules sosteniendo fuertemente los míos ahora, y no en la habitación.

—¿Cuánto? — Pregunto. Porque no podemos quedarnos en la cabaña para siempre. Esto solo es para obtener su sumisión. Enterrarme bajo su piel como ella lo ha hecho en la mía. Pronto la podré llevar de regreso a casa conmigo.

—¿Cuándo me dejarás ir? — Pregunta.

—¿Crees que alguna vez te dejaré ir? —

Su respiración se acelera ante mis palabras. Hablé un poco más duro de lo que tenía intención. La idea de dejarla ir no hace nada para enfriar a la furiosa bestia dentro de mí.

—La única manera de que te deje ir es persiguiéndote por el bosque. Luego, cuando te atrape, te arrancaré el vestido, y golpearé mi pene dentro de ti. Estoy empezando a pensar que te gusta ser follada en el sucio suelo. ¿Es eso lo que te gusta, Kara? Porque si lo pides te lo daré—

Veo sus pezones endurecerse a través de la tela mientras hablo, probándome una vez más, cuanto le gusta esto. Se muerde el labio inferior y sacude la cabeza negando. Su negación está bien, por ahora. Eso es porqué estamos aquí, después de todo, pero no me tomará mucho hacer que me suplique.

Luce malditamente desarmada. Barro esparcido por todo su vestido rosa, su cabello salvaje con esa apariencia de recién follada, y líneas de mugre en sus mejillas. Saber que yo le hice eso hace endurecer mi polla justo como cuando estuve dentro de su húmedo coño. Quiero lavarla y arruinarla una y otra vez.

La abordo como una vikinga a punto de reclamar sus nuevas tierras.

—Quítate el vestido, quiero verte— Grazno, queriendo verla a ella. No hace ni un movimiento para cumplir —No me hagas hacerlo yo misma, Kara. Solo estás haciendo las cosas más difíciles de lo que deben ser. No quiero lastimarte, y si haces que lo haga, solo me enfadaré—

Con manos temblorosas, toma el dobladillo del vestido y lo levanta lentamente, mostrando más trazos de tierra en sus muslos.

—Más arriba— Digo, necesitando ver su coño. Cuando sus bragas de algodón aparecen a la vista, caigo sobre mis rodillas frente a ella para obtener una mejor vista.

Taking What's Mine (Tomando lo que es mío)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora