Обручальное кольцо

Lágrimas

Lágrimas.

Era algo que nunca se veía caer de los ojos azulados de pogo, Pero está vez fue lo que más salió de ellos. No tenía una mirada aterradora y perturbadora como era costumbre, su mirada estaba perdida, sus ojos hinchados de tanto llorar por toda la noche, sus labios resecos y rojizos de tanto morderlos, su piel estaba más que pálida y su cabello era un nudo total.

Gustabo estaba claramente preocupado por su aspecto apenas lo vio salir de aquel cuarto que le provocó ansiedad de tan solo verlo hecho un desastre, las cosas estaban rotas, algunas hechas trizas pero todo estaba en el suelo. Suspiro y miro a Viktor de reojo.

- Llamaré a Nene- murmuró el ruso, él no pensaba recoger todo eso.

- Lo lamento- dijo sin más el payaso y se sentó en la mesa. Su maquillaje todavía estaba en pie aunque no de la mejor manera.

- No importa... ¿Te quito el maquillaje?- el rubio se sentó a su lado con un paquete de toallas húmedas en manos.

-Mn...- hizo un sonido de afirmación y mantuvo su mirada perdida. Gustabo tomo con delicadeza su rostro con una de sus manos y con la otra empezó a pasar una toallita por su rostro con suavidad.

- ¿Cómo te sientes?... No te preocupes por el tiradero, Nene nos ayudará con eso- le sonrió para tranquilizarlo aunque el otro realmente no le prestaba mucha atención.

- Me siento de la mierda, Gustabo - murmuró y sus ojos se cristalizaron rápidamente, miro a su hermano por unos momentos con la mirada vacía y triste. Gustabo suspiro y tiró la toallita ya sucia a un lado, atrajo a su hermano a sus brazos y acarició su espalda suavemente.

- Lo sé...- suspiro - Tranquilo, sabes que de alguna forma lograrás olvidarlo y vengarte de él. Puedo ayudarte - lo tomo de las mejillas y le sonrió, la sonrisa de los García, sonrisa de "Muerte"

- Claro que sé que cuento con tu apoyo...- seco sus lágrimas y le revolvió el cabello al menor - Pero es algo mío, Mariposita. No quiero verte entrometido en esto.

Gustabo solo pudo asentir y sonreírle sin decir nada más, sorprendido de haber vuelto a escuchar ese apodo salir de los labios de su hermano. Ese lindo llamado se había vuelto algo común de escuchar de pogo hacia Gus hasta que el pelirrojo fue atrapado por completo en los temas de la mafia convirtiéndolo en el payaso loco que es.

[Anillos de compromiso]

Los días pasaron y la presencia de Pogo en los santos era casi invisible, amenos que se tratara del maldito que lo dejo ahí, sin embargo este pensaba que el payaso estaba muerto. Todo estaba donde tenía que estar; Pogo se recuperaba a la perfección sin saberlo nadie más que su hermano y cuñado, Gustabo no tenía algún problema en su trabajo y Volkov no había Sido descubierto por los altos mandos de que tenía a un asesino y mafioso con él y su pareja.

Estaba perfecto.

Ojalá siguiera así de perfecto.

Al menos así lo deseaban los prometidos. Los rumores en comisaria ya les importaba muy poco, el escuchar como las personas murmuraban sobre "El ruso y su prometido" les valia por completo, ambos lo ignoraban y se besaban sin vergüenza alguna en la oficina del ruso.

Conway varias veces les había visto, pero normalmente se hacía el loco. Aunque Greco se burlaba de ellos a veces.

Los días pasaron y las cosas estaban muy calmadas que hasta daba escalofríos, eso hacia que la atención de Gustabo a cualquier cosa, por más diminuta que fuera, aumentará y Volkov lo notaba.

- Ey, ¿Todo bien?- Gustabo pegó un brinco en su asiento al escuchar al ruso detrás de él- Amor, tranquilo.

-Lo siento... Solo...- suspiro y lo saludo con un mini abrazo.

- ¿Ya vas a decirme que te sucede?- la mano del ruso se poso en el muslo del contrario de forma comprensiva.

- Yo... ¿No crees que todo está muy calmado?- Gustabo jugo con la lapicera en su mano mientras el ruso asentía- Es... Malo. Muy tranquilo para ser verdad y me da miedo.

- Tranquilo, no deberías de pensar demaciado en ello. Disfruta la paz por el momento, cariño - se acercó al menor y le depositó un cálido beso en su cabeza.

- Claro...- asintió sin verlo, el ruso lo atrajo a su pecho y le dió leves caricias acaricia su hombro.

- ¿Te vas a quedar acá? Greco me llama para un atraco- aviso el mayor con voz calmada. No quería que su prometido se quedara solo en comisaria.

- Creo que solo saludaré al viejo y me iré con Pogo a casa- se abrazo a él con cariño. Suspiro un poco y se atrevió a disfrutar del olor del contrario por unos momentos.

- Está bien, yo ya tengo que irme- lo tomo de las mejillas con delicadeza y beso sus labios tiernamente antes de separarse y tomar sus cosas- Nos vemos en casa, cariño - se despidió y revolvió sus cabellos para luego salir del lugar.

- Nos vemos...- lo miro irse con una media sonrisa. Su mano derecha viajo a su pecho, directamente en su corazón... Algo no estaba bien, no lo sentía bien, sentía que algo se aproximaba, específicamente algo malo.