Ecos de una Obsesión

Conexiones Inquietantes

Las luces de Seúl brillaban como diminutas estrellas, reflejándose en las ventanas del estudio de Jungkook. El bullicio de la ciudad parecía silenciado mientras él se perdía en su mundo, plasmando sus emociones en la música. Sin embargo, la melodía que una vez fluyó con facilidad, ahora tropezaba con el caos de sus pensamientos. Fue justo cuando su teléfono vibró anunciando un mensaje que el silencio se rompió.

"¿Podemos hablar?" – Jimin.

Un torbellino de emociones lo invadió. Ansiedad y anticipación se entrelazaban, y mientras repasaba las palabras escritas, no pudo evitar pensar en el impacto que estas podrían tener.

Horas más tarde, se encontraron en "La Esquina", el café donde había comenzado su inusual conexión.

—¡Jimin! —exclamó Jungkook al verla entrar, su voz traicionando la emoción contenida.

—Hola, Jungkook —respondió ella con voz suave, mientras se sentaba frente a él.

La incomodidad flotó brevemente entre ellos antes de que Jimin hablara.

—He estado notando que nos cruzamos mucho últimamente —comenzó, eligiendo cuidadosamente sus palabras—. Y... bueno, sentía que teníamos que hablar de ello.

—Lo sé —Jungkook se frotó la nuca—. Creo que he dejado que las cosas se me fueran de las manos. Me importa mucho lo que pienses.

Jimin lo miró fijamente, viendo la sinceridad en sus ojos.

—Me halaga tu atención —dijo—, pero también me preocupa. Quiero que esto sea... natural.

—Lo entiendo —Jungkook afirmó con seriedad—. No quise que te sintieras incómoda. Me gustas mucho, Jimin, pero necesito manejar esto mejor.

Ella sonrió, aliviada por su honestidad.

—Gracias por decirlo. Creo que podríamos ser buenos amigos si logramos entendernos sin presiones.

Jungkook asintió, sintiendo un peso liberado de sus hombros.

—Amigos, me gusta eso.

Así, entre risas y largas conversaciones, el café fue testigo del inicio de una relación renovada. Sin saberlo, ambos comenzaron a descubrir una conexión genuina que desafiaba la obsesión que una vez había amenazado con consumirlos.