Una Propuesta Inesperada

60 3 0
                                    

Las semanas pasaron y su conexión continuó fortaleciéndose. Tanto Jungkook como Jimin se encontraron gratamente sorprendidos por la facilidad con la que podían abrirse el uno al otro. La idea de colaborar en un proyecto comenzó a tomar forma en sus mentes, cada vez más insistente y emocionante.

Una noche, mientras trabajaban en la casa de Jimin, rodeados de bocetos y notas, Jungkook decidió sacar el tema a la luz.

—Creo que deberíamos hacer algo más que solo una colaboración —declaró, rompiendo el silencio que reinaba en la habitación.

Jimin levantó la vista, intrigado.

—¿A qué te refieres? —preguntó, mientras mantenía el lápiz entre sus dedos.

—He estado pensando... ¿y si presentáramos nuestra obra en la galería? Podría ser una exposición —sugirió Jungkook, su corazón latiendo con fuerza.

Jimin frunció el ceño, considerando la idea. La dirección que tomaba la conversación era electrizante, pero también aterradora.

—¿Te refieres a que la gente vea lo que hacemos juntos? —preguntó Jimin, encontrando una mezcla de emoción y nerviosismo.

—Sí, exactamente. Podríamos mostrar cómo la música puede influir en la percepción del arte visual y viceversa. Piensa en las oportunidades que se abrirían —respondió Jungkook, sintiendo cómo su entusiasmo crecía.

—Es una idea brillante, pero... —Jimin suspiró—. ¿Y si a nadie le importa? ¿Y si fracasamos?

Jungkook se inclinó hacia adelante, apoyando los brazos sobre la mesa.

—No creo que eso importe. Lo que más me importa es que estamos creando algo que representa lo que somos. La gente puede verlo o no, pero nosotros sabemos qué significa.

Los ojos de Jimin brillaron con una combinación de admiración y duda.

—Nunca había pensado en el arte de esa manera. Usualmente, me preocupa la opinión de los demás.

—Te entiendo —afirmó Jungkook—. A todos nos preocupa, pero a veces es arriesgado y valiente simplemente ser uno mismo.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Jimin, algo que se había perdido en los últimos meses.

—Está bien. Vamos a hacerlo.

Y así, después de ese acuerdo, comenzaron a trabajar de una manera aún más apasionada. Las noches se llenaban de risas, música y creatividad. Una vez aplicaron el color a sus sueños, transformando emociones en piezas visuales y sonoras.



Espero, que guste la historia:)

Ecos de una ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora