Después de la exitosa exposición, la vida de Jimin y Jungkook pareció cambiar. Mientras Jungkook se sentía eufórico, disfrutando de la satisfacción de su trabajo compartido, Jimin comenzó a mostrar signos de tensión. Una sombra de inquietud se apoderó de él, y su sonrisa se volvió menos frecuente.
Un día, mientras los dos se encontraban en un café, Jimin observaba por la ventana, perdido en sus pensamientos.
—Hey, ¿estás bien? —preguntó Jungkook, buscando la mirada de su amigo.
Jimin desvió la vista y asintió, aunque su expresión no coincidía con su respuesta.
—Sí, solo... hay algo en mi mente.
Jungkook frunció el ceño. Había notado que Jimin se estaba alejando, su energía habitual estaba mermando.
—No me estás diciendo todo. Sabes que siempre estoy aquí para ti.
Jimin finalmente se dio la vuelta, enfrentando a Jungkook.
—Lo sé, y aprecio tu apoyo. Pero he estado pensando... creo que necesito un poco de espacio.
Las palabras le dieron un golpe duro a Jungkook.
—¿Espacio? ¿Por qué?
—Porque... hay alguien más. Estoy empezando a sentir cosas por otra persona —Jimin confesó, sintiendo la angustia en su pecho.
La revelación cayó entre ellos como un pesado silencio. Jungkook sintió que el mundo se detenía.
—¿Alguien más? —preguntó, su voz temblando—. ¿Quién?
—No estoy seguro de querer compartir eso. No quiero que esto se convierta en algo incómodo entre nosotros —respondió Jimin, evitando la mirada de Jungkook.
El dolor recorrió a Jungkook, pero no podía permitir que su amigo lo viera débil.
—Pero yo pensé que… que nosotros teníamos algo especial —Jungkook insistió, sintiendo que la confusión y la ira comenzaban a florecer en él.
Jimin soltó un suspiro, la tensión palpable entre ellos.
—Tú y yo siempre hemos sido amigos. Quizás he confundido mis sentimientos, pero necesito explorar esto.
Jungkook sintió que su corazón se retorcía.
—¿Y qué pasa con nosotros? Con lo que hemos creado y lo que estamos construyendo juntos.
—Te prometo que no quiero que esto afecte nuestra amistad. Siempre serás importante para mí, Jungkook.
Jungkook se levantó de la mesa abruptamente, la rabia y la tristeza se agolpaban en su interior.
—¿De verdad crees que puedes simplemente alejarte de mí sin más? —preguntó, su voz elevada, atrayendo la atención de otros clientes.
—No estoy tratando de hacerte daño, solo... necesito encontrarme a mí mismo —Jimin intentó calmarlo, sintiendo la desesperación en sus propias palabras.
Pero Jungkook no podía escuchar más. Sintió que una oscura ola de locura lo invadía.
—Si decides alejarte, entonces yo también lo haré. Pero no dejaré que esto termine sin luchar por lo que tengo contigo —dijo Jungkook con un tono desafiante, antes de marcharse del café.
ESTÁS LEYENDO
Ecos de una Obsesión
Aksijimin un estudiante de bella artes. Jungkook un idol del mundo de kpop