VI

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Los días previos a los gp eran un estrés constante, y además ahora que estaba en periodo de prueba.
Yo estaba de un lado para otro con los mecánicos y apenas hablaba con George porque no podíamos coincidir, pero siempre que le cambiaba las ruedas me guiñaba un ojo.

- primero nena, supera eso - es burló Leclerc -

- pero que idiota - le di un pequeño empujón soltando una carcajada -

- un idiota ganador - habló orgulloso cruzándose de brazos -

- idiota ganador y bocazas - Carlos le puso su casco tapándole la cara-

- estás celoso porque yo estoy de primero

- que tal Kathy? - ignoró a Charles y me abrazó -

- la verdad bien, no hay nada mejor que estar en casa, mi verdadera casa - suspiré -

- Mercedes? - me miró extrañado -

- Reino Unido - sonreí -

- te extraño mucho a mi lado, pensar en que ahora le cambias las ruedas a Russell me deprime

- la cuido bien - George se acercó y me rodeó los hombros con su brazo y me puso su casco -

- eso espero - Carlos le sonrió y le estrechó la mano -

- nos vemos mañana, nos están llamando - intervino Leclerc -

Los dos Ferrari se despidieron de mi con un abrazo y de George con un apretón de manos.

- por fin podemos pasar tiempo juntos - me quitó su casco con cuidado -

- tenemos que volver al hotel

- bueno, me escaparé a tu habitación - se encogió de hombros y reí -

- por qué lo harías?

- despejar mi mente, la tuya.... - puso sus manos en mi cintura - o incluso despejar tus piernas - me guiñó un ojo-

- que idiota - lo alejé de mi y me dirigí a donde estaban los demás mecánicos de George -

- iré, estar contigo me relaja y me conviene para la carrera de mañana

- bueeno - suspiré -

El se rió y al llegar junto a los demás mecánicos nos subimos a la camioneta para volver al hotel.

Al llegar Toto me empezó a hablar sobre cómo me ha visto estos días y felicitarme por lo bien que estaba trabajando. Le agradecí y subí a mi habitación encontrándome con George sentado en el suelo y la espalda apoyada en mi puerta.

- al fin estás aquí, sabes el interrogatorio que me acaba de hacer Lewis? Terrible - se levantó y pasó su mano por su frente -

- dramático - me burlé abriendo la puerta -

- yo? Mentira, no soy dramático - se quejó entrando a mi habitación -

- para nada - rodé los ojos y cerré la puerta -

- que te apetece hacer, muñeca - sonrió y me guiñó un ojo acostándose en mi cama-

- deja de llamarme muñeca

- por qué? Me gusta - se incorporó y yo me acerqué -

- muñeca.... No sé, tengo un amor odio con ese apodo

- por? - apoyó sus manos en mis caderas -

- me gusta y lo odio a partes iguales

George asintió y pegó su frente a mi estómago soltando un suspiro, luego se levantó para quitarme la camiseta y se sentó volviendo a sujetarme por las caderas y juntar su frente con mi abdomen descubierto. Acaricié su pelo con cuidado y sentí sus labios dejando pequeños besos desde mi ombligo hasta el borde de mi pantalón.

- hueles muy bien, y tú piel es súper suave - le escuché murmurar-

Solté una pequeña risa a lo que levantó la cabeza y me sonrió. Yo le sonreí de vuelta y en ese momento tiró de mi hasta quedar sentada sobre su regazo y sus manos ascendieron lentamente por mi espalda.

- también eres perfecta - murmuró justo antes de besarme con suavidad y lentitud -

Sus manos se aferraban a mi cintura mientras que su lengua se adentraba en mi boca y acariciaba la mía. Por mi parte acaricié su nuca y su mejilla dejándome llevar por él.
Hasta que la puerta sonó.
Me levanté sobre saltada y me acerqué con lentitud.

- si? - pregunté antes de abrir -

- tu príncipe - la voz de Leclerc sonó del otro lado -

En ese momento George se puso en pie y se metió en el baño justo después de lanzarme mi camiseta, me la puse rápidamente y le abrí a Charles.

- me encontré a Lewis en recepción y dijo que esta era tu habitación, me aburría y vine - explicó -

- me pillas a punto de ducharme, iba a abrir la maleta

- bueno, no sería la primera vez que te veo

- fue una vez, y me viste en toalla - aclaré -

- nadie te manda ducharte en la habitación de Carlos - se cruzó de brazos -

- ni a ti robarle la llave e ir a su habitación para hacerle una broma - imité su acción -

- dúchate bien que apestas a cerda - me miró mal y se alejó -

- el que apesta es otro - le grité y él se despidió con la mano sin girarse-

Cerré la puerta y apoyé mi frente contra la madera.

- yo si podré verte en la ducha, no? - escuché la voz de George a mis espaldas -

- no me voy a duchar - caminé hasta la cama y me descalcé-

- y eso por qué? - me sujetó por la cintura desde mis espaldas -

- por qué siempre tienes que tocarme?

Él se sentó en la cama y me miró directamente a los ojos y me sonrió.

- por qué no dices nada? - hablé en cuanto sus manos volvieron a mi cuerpo, está vez a mis muslos -

- podría decirte tantas cosas.... - suspiró - pero si te fijas en la forma en que te miro ya deberías saberlo todo

Me quedé totalmente muda, y sus manos abandonaron mi cuerpo.
Esta vez fui yo la encargada de de acariciar su piel, concretamente sus mejillas. Incliné un poco mi cuerpo y besé su frente con delicadeza.
Pero al parecer no era nuestro día pues Hamilton lo llamó por teléfono y tuvo que irse.

London girl • George Russell •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora