22- El sanador

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"¡Gato! ¿Cómo te atreves a estafar a esos shinobi que te he presentado?


¿Tienes alguna idea de quiénes eran esas personas?


¡Casi pones mi vida en peligro!


¿Pensabas que no se darían cuenta de que les enviaste oro falso?", rugió Takeshi. Era otro comerciante rico como Gato. Obviamente, exactamente como Gato, su negocio tampoco era limpio.


Gato se dedicaba principalmente al negocio del tráfico de drogas y armas detrás de su negocio de envíos.


Y Takeshi hacía tráfico sexual detrás de su negocio de sake.


Ambos fueron socios comerciales. Pero eso cambió cuando separaron sus negocios.


Takeshi hacía la mayoría de sus negocios en el continente principal de las Tierras Elementales, principalmente en la tierra de la Tierra y sus países cercanos. Es por eso que sabía muy bien lo aterrador que podía ser un shinobi.


Pero Gato, no era consciente del verdadero alcance de los poderes de los shinobi. Solo tenía ideas aproximadas sobre cómo un shinobi es más fuerte que un civil promedio.


Por eso, cuando escuchó que Tazuna había ido a buscar la protección de un shinobi de una de las cinco grandes aldeas ocultas, decidió al instante contratar a su propio shinobi.


Pero misiones como el asesinato no eran baratas. Especialmente cuando alguien se las daba a una aldea oculta. Hidden Mist es una excepción. Pero había ganado una gran fortuna durante su guerra civil, estafándolos varias veces. Así que ahora que la guerra civil había terminado, no quería probar la temperatura del agua.


Eso le dejó solo con una opción. Contratar a un shinobi rebelde. Pero el shinobi debe ser fuerte para matar al constructor del puente mientras estaba siendo protegido por el shinobi de la aldea oculta de la hoja.


Pero encontrar un shinobi rebelde de ese calibre era más fácil decirlo que hacerlo.


Pero luego se acercó a su viejo amigo Takeshi, que a menudo se ocupaba de este tipo de asuntos.


Le había dado el método de contacto de una organización de shinobi poderosos.


Pero sus precios no eran del gusto de Gato. Eran demasiado caros.


Pero en ese momento no tenía mucho tiempo. Así que aceptó pagarles el 75% de su pago antes. Pero les envió monedas de oro falsas. Había pensado que para cuando se dieran cuenta, la misión ya habría terminado.


Y como su base de operaciones estaba en la Tierra de la Lluvia, había muy pocas posibilidades de que llegaran hasta la Tierra de las Olas para conseguir su dinero.


Pero todo se fue al traste.


Los shinobi eran más inteligentes de lo que pensaba.

Renace como una niña inútilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora