Diciembre 30, 2021, el parque de Ashford estaba cubierto por una suave capa de nieve, pero el frío que sentía en mi interior era mucho más intenso. Emilie y Sarah se sentaron conmigo en una banca de madera, mirando con preocupación cómo mi mundo, poco a poco, se desmoronaba.
—Oye, deberías dejarlo. Lo nuestro ya no funciona, no puedes seguir así —dijo Emilie, rompiendo el silencio con una voz firme y decidida.
Sarah asintió, como si ya hubieran discutido este tema antes entre ellas.
—Es verdad, si sigues así te harás más daño. Es mejor que rompáis —añadió con una expresión de genuina preocupación.
Mis manos estaban frías, pero no era por el clima. Era la desesperación y la negación que me atenazaban.
—No, no puede ser. No puedo romper con él. Tengo fe en que puedo cambiarlo, de verdad —respondí, aferrándome a esa pequeña chispa de esperanza que aún me quedaba.
—Lo que no entiendes es que él es quien tiene que querer cambiar. Si no, todos tus esfuerzos no valdrán nada —insistió Emilie, su tono más cálido, pero su mirada seguía siendo dura.
Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, pero no podía dejar que cayeran. No delante de ellas.
—Sé que él quiere cambiar. Solo necesita a alguien a su lado, alguien como yo que lo quiera y lo apoye —dije, con la voz temblando, casi como si estuviera tratando de convencerme a mí misma más que a ellas.
Sarah frunció el ceño, claramente frustrada. Me conocía demasiado bien.
—Amiga, estás desperdiciando tu tiempo sin darte cuenta. Ese es un idiota que está jugando contigo, haciéndote promesas vacías... —Su tono estaba lleno de compasión, pero también de una rabia contenida.
Sentí un nudo en la garganta mientras trataba de explicarme, de justificarme.
—Pero nos conocemos desde siempre. No puedo dejarlo, sobre todo en este momento. Sé que puede cambiar. Él no era así antes —respondí, las palabras saliendo a duras penas mientras luchaba por contener las lágrimas.
—Sí, nos conocemos, ¿y qué? Como has dicho, él ha cambiado. No es tu responsabilidad cambiarlo. ¿Viste cómo sus padres lo dejaron? —Emilie sacudió la cabeza, sus ojos suavizándose por un momento.
Su mención a los padres de John me golpeó fuerte. Ellos lo habían dejado de lado, y yo no podía hacer lo mismo. No después de todo lo que habíamos pasado juntos.
—Por eso mismo no puedo abandonarlo. No me entendéis, yo lo quiero más que a mí misma —dije finalmente, mi voz quebrándose.
Sarah suspiró profundamente y se inclinó hacia mí.
—Eso no puede ser. Tienes que quererte más y de una vez dejarlo ir y seguir con tu camino —dijo con una firmeza que me partió el alma.
Emilie puso una mano en mi hombro, como si intentara consolarme y darme fuerzas al mismo tiempo.
—Sí, es verdad. Déjalo ir. Ya tienes suficiente con tu madre, y lo sabes de sobra. También pensaste que podrías cambiarla, pero mira cómo está —añadió con una tristeza profunda en su voz.
Las palabras de Emilie golpearon algo dentro de mí que no quería enfrentar. Mi madre. Mi situación con ella era otra historia, pero una igualmente devastadora.
Sarah rompió el silencio otra vez.
—Además, tus notas están bajando cada vez más —dijo, su tono esta vez lleno de preocupación genuina.
—Bueno, lo de mi madre es otra cosa. Pero con John sí hay posibilidad, yo lo creo. Además, me dijo que va a intentar dejarlo —me aferré a esa promesa, como si fuera un salvavidas en un océano lleno de dudas y miedos.
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En busca de un final feliz
RomansaLa vida está en constante cambio, pero asumir que esos cambios siempre traen algo positivo es una ilusión. Esta es la historia de una chica que se ve obligada a dejar atrás todo lo que conoce para aventurarse en un nuevo mundo, lleno de incertidumbr...