3-Humillación

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"¡Ey! ¡Vuelve aquí!"

Continué corriendo en la dirección opuesta al demonio, mirando a mi alrededor por el rabillo del ojo.

"Doce... Diecisiete..." Estaba contando en mi cabeza.

De repente, salté del árbol al suelo y me lancé al cielo.

"Veintiséis."

Fue entonces que un grupo de demonios salió de los árboles y me rodeó.

Luego presioné los botones de mis sables y las cadenas salieron de los mangos.

"Tercer movimiento."

Luego di varios golpes sucesivos en el aire antes de caer de nuevo al suelo, los demonios fueron decapitados uno tras otro en los siguientes segundos.

Después de eso presioné los botones, la cadena volvió a los sables y las hojas se unieron a los mangos. Entonces me levanté.

"Eso está hecho."

Puse mis espadas en mi espalda y luego comencé a correr hacia el sur del bosque. Y listo, el Norte está acabado. Ahora sólo queda el Sur y mi misión estará completa.

~~

Bien, eso fue rápido. Al cabo de unas buenas horas había terminado de matarlos a todos, en total debían ser cuarenta y siete. Fue largo pero bueno, el dinero que se va con este tiempo perdido.

Acababa de regresar a casa. Eché un vistazo rápido a la habitación de Kami y vi que estaba durmiendo profundamente. Apestando a sangre, no entré y fui directo a ducharme. Ducharme es aburrido, por mucho que me frote las manchas no se quitan y siempre me siento sucia.

Breve.

Después de unas buenas horas terminé. Simplemente me puse un kimono verde y me fui a la cama, este día todavía era agotador.

~~

Bueno vamos, ya cumplida la rutina de hace dos meses, vayamos a la reunión semanal de los pilares.

Entré a la habitación en silencio, como siempre, y me senté junto a Muichiro Tokito, la columna de niebla.

Por una vez y dije por una vez, no tuve interacción con Sanemi, excepto una mirada, y admito que me asustó un poco, me sonrió con picardía mientras yo no miraba, no augura nada bueno.

Breve.

Mientras me sentaba, miré a Muichiro por unos momentos. Es raro, Muichiro, nunca habla, está en su burbuja y mira al cielo de vez en cuando. Bueno, después no estoy mejor pero aun así es raro.

Luego giró su cabeza hacia mí. Nos miramos durante mucho tiempo. En realidad, nuestras miradas no son tan diferentes, son solo nuestras cejas, yo frunzo el ceño y él no.

"Tus ojos dan miedo." Afirmó de pronto.

"¿Eh?"

No esperaba que hablara, ¿nunca habla?

"Están vacíos, apenas tienes un alumno."

"...Los tuyos ya no son muy brillantes."

"Además de eso, tienes grandes ojeras."

Eh, en realidad me ha estado observando desde hace un tiempo. Pensé que simplemente me estaba mirando y sin prestar atención.

"Sí, ¿y qué?"

"Fue sólo una observación." Dijo antes de mirar hacia otro lado.

Sí, es raro.

Breve.

Forzar el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora