Capitulo 11

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''La decisión'' - 17 Años


-Kari, despierta -abrí los ojos con lentitud, como si la poca la luz que había en mi habitación me hiciera daño.


Sofi estaba a mi lado apartando algunos mechones de cabello de mi rostro, se veía preocupada.


Recordé la emoción con la que me despertó ayer y de inmediato sentí una punzada en mi pecho.


Ahora estaba comprometida.


Aún no me colocaba el anillo de compromiso, pero podía sentir un peso de más en el dedo en el que estaría.


Me senté y le dediqué una mirada tranquilizadora a Sofi, ella no debía saber sobre esto, tenía que creer que me casaría con Gala por amor.


- ¿Qué pasa, enana? -le pregunté sonriendo. Esto me estaba destrozando.


-Son las dos de la tarde... -me dijo, mordiéndose el labio.


Había olvidado que hoy saldría con los demás al parque de diversiones.


Me puse de pie y me di cuenta de que Sofi ya estaba vestida.


Me dejó a solas para que pudiera cambiarme, aunque su presencia no me molestaba ni me avergonzaba.


Cuando acabé de abrocharme el último botón de mi abrigo, miré con odio la cajita donde dormía el anillo. Estaba sobre mi escritorio y parecía estar iluminado por el cielo.


La abrí y sin pensarlo dos veces para no arrepentirme, me coloqué el anillo.


Lo contemplé unos minutos hasta que Sofi tocó la puerta para avisarme que mis amigos me esperaban abajo listos para irse.


Mis amigos. ¿Cómo reaccionarán ante la noticia? ¿Qué pensarían de Gala si conocieran la verdad?Comencé a sentir lástima de mi misma, me había rendido ante el matrimonio incluso antes de luchar. ¿Tan débil me consideraba Gala?Una nueva oleada de ira me arrancó un gruñido de la garganta.


No. No le haría las cosas tan fáciles.


Si quería casarse conmigo no opondría resistencia, pero no por eso me convertiría en la esposa perfecta.


-Ya voy -le grité a Sofi. Me arreglé lo más que pude y peiné mi cabello hasta que quedó completamente liso. Era desagradable ver mi reflejo en el espejo y no reconocerme, pero si Gala deseaba guerra, eso obtendría.


- ¡Ya estoy aquí! -exclamé con falsa alegría cuando bajé las escaleras. Yeri y Lupe me abrazaron al mismo tiempo para saludarme y me regañaron por quedarme dormida.


-Eres una holgazana -me dijo Yeri. Las tres reímos y entonces, los vi.


marry MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora