Consumidos (en edición)

Capitulo 25 William's Pov

William's Pov

La observo dormir sobre su pecho; pestañas coloradas sobre suaves mejillas blancas y bonitos labios rosados semi abiertos babear sobre su pectoras izquierdo. paso sus dedos por ese largo cabello pelirrojo. Sintió como su respiración se volvia mas irregular

—Buenos dias Princesa— Murmuro contra su cabeza dejando un suave beso. Ihnalo el aire de la mañana sintiendo una paz que penso no volveria a experimentar nunca. Despertar junto a ella siempre fue su parte favorita.

Myla murmuro algo inentendible contra su piel antes de abrir los ojos y mirarlo —¿Quieres ir arriba cariño?— Murmuro pasando su dedo por su labio inferior esparciendo su saliva sobre la carnosa carne. El acto deberia ser asqueroso pero ella solo gimio atrapando su dedo en el acto y succionando la punta. —Vamos carriba— Se levantó del sofa cargandola escaleras arriba

—¿Podemos hacerlo en mi cuarto?— Pidió Myla cuando pasaron frente a su puerta. Asintió y empujo con suavidad la puerta dejandola sobre su cama. Se veia tan hermosa, su piel clara en contraste con las sabanas fuxcia. Se inclino para tomar su boca en un dulce beso y paso sus manos por sus costados sintiendo su caliente piel contra la yema de los dedos.

Bajo sus besos hasta su cuello saboreando el jabón en su piel, se aparto un poco para mirar sus propias manos amasar sus pequeños y redondos senos pellizco sus rosados bonotenes disfrutando de los jadeos que escapaban de ella.

Sus manos siguieron descendiendo para acariciar sus gruesos muslos, sus miradas se encontraron y la suplica brillo en ellos —Abre las piernas para papi— Sintió todo su cuerpo estremecerse bajo el suyo y sonrió sabiendo muy bien el efecto de ess palabras. Delineo sus rosados pliegues sintiendo lo mojada que ya estaba —¿Extrañaste a papi?— Dios habia extrañado tanto esto, la dinamica sexual con ella la forma en la que se entregaba a él tan deshinibida y natural.

Se agacho entre sus piernas depositando suaves besos en la parte interna de sus muslos antes de bajar y beber de ella sintiendo su suave piel contra sus mejillas. Dios él mismo la habia depilado ayer. El recuerdo lo hizo gruñir contra ella.

Suaves jadeos y gemidos llenaron el cuarto que por tanto tiempo solo fue un recordatorio de su ida, años entrando a este cuarto solo para limpiarlo y prepararlo por si ella decidia regresar y ahora por fin esta cama era mas que una que desornedaba el mismo para tener yna excusa de acomodarla mas tarde.

Sus caderas empezaron a empujar coontra su cara y siguio moviendo su experta lengua hasta sentir la calida humedad empapar su cara. Dios podria morir justo asi y no le importaria mientras pudiera estar a su lado para siempre.