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Ayla.

Me hundo en mi asiento y me volteo a mirar hacia la ventana del local donde puedo ver las nubes grises formándose rápidamente en el cielo. Me gusta cuando llueve. Pero no cuando estoy fuera de casa y en una cafetería que queda a más de veinte minutos a pie de mi casa. Lo que menos quiero ahora mismo es pedirle a Jordan y a Vale que me lleven a casa justo cuando ambos planean a ir a un restaurante donde sí no llegas a la hora planeada les da la mesa a la siguiente pareja.

Sí, es de esos restaurantes carísimos donde solo van los estirados más importantes solo por una cena que tú mismo puedes hacer en la comodidad de tu casa y mucho menos de lo que pagarías en ese lugar.

Regreso la mirada a Jordan que está sentado del otro lado de la mesa y enfrente de Eli quien se encuentra a mi lado.

-... Los entrenamientos se alargarán. Según el entrenador, es un castigo por haber apestado el viernes  y Noha ¡Dios! Ese chico en vez de estar a la par con nosotros en el entrenamiento se larga a mitad excusándose de ser el "capital"

Valeria lo escucha atentamente, embelesada y haciendo girar el anillo que Jordan le dio en su primer año de novios. Una punzada me atraviesa sabiendo que yo no debería estar aquí, con ellos porque aún cuando ellos digan que no, yo se que no debería de estar aquí... en su cita. Soy el mal terció aquí.

Un nudo se forma en mi estómago y el remordimiento me mata por dentro. Es así todo el tiempo.

-El entrenador esta de un humor que ni él mismo se aguanta y hace que el entrenamiento se vuelva un dolor de culo -siguió hablando él.

Y yo volví a mirar hacia la ventana y todo mi jodido mundo pasó en cámara lenta al ver a quien menos esperaba ver.

Mi boca se secó de repente y mi respiración se acortó, no, creo que mi corazón se detuvo por unos largos segundos para luego latir con fuerza.

No, no, no. Por favor, no.

Pero mis súplicas no llegaron a ni un lado cuando lo veo entrar por la puerta del lugar haciendo que sonara la campanita de la puerta del lugar, llamando la atención de varias personas (que no los culpo, porque yo también soy una de ellas) y entre esas personas se encuentra mi amiga que tan rápido lo reconoció le hizo una seña con su cabeza a Jordan y esté mira por sobre su hombro para verlo.

Mi respiración se volvió superficial y me quedé tiesa como una estatua cuando esos ojos, sus ojos de un color azul tan intenso que me hizo tragar grueso al sientir esa pesada y abrumadora mirada se cierne en mi.

Cuando Jordan dijo que esperaría a un amigo no creí que fuera él su amigo, es más, ni en mil años llegué a creer que ellos se conocían, pero era obvio puesto que Vale lo saludado de lejos en el partido del viernes pasado.

Sonrió, una sonrisa que me queda clara que podría derritir a cualquier chica si así quisiese y que muy a mi pesar, debilitaron mis rodillas, apareció en sus labios. Ahora entiendo el por qué sabía mi nombre, era fácil de adivinar cuando su amigo es novio de mi mejor amiga.

Mis vellos se ponen de gallina cuando Jordan levanta su mano y esté empieza a caminar hacia esta dirección, hacia mí, con esos ojos que parecen calentar mi ser, aún sobre mi, sin vacilar, sin titubear como sí tuviera de ante mano lo que está provocando en mi y no me gusta como me hace sentir. Me hace sentir vulnerable... en peligro.

Sea lo que sea que tenga hace que me ponga nerviosa y que el nudo que sentía en la boca de mi estómago, ahora sea un malestar en mi vientre.

No me moví o aparte de él mi mirada y por supuesto, él tampoco lo hizo. Era como si ambos hubiéramos entrado en una guerra de miradas en la cual ni uno de los dos pretendía perder o ceder.

Lo Que Dure Lo Nuestro [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora