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joder, joder, JODER

Por más que zarandeo a Raúl no se despierta. Agacho mi oreja hacía su nariz.

No respira.

- ¡Espabilad y llamad a una ambulancia!

Me dispongo a hacer la RCP, ocho presiones rítmicas sobre su pecho y dos ventilaciones boca a boca. Me arde el pecho, no soy capaz de entender ni una palabra de lo que habla la gente, lo único que necesito es que despierte.

- ¡Aquí es!

Escucho la sirena de la ambulancia. Tardan unos segundos en entrar al pub y llevarse a Raúl.  No me lo pienso dos veces y me meto con ellos en la ambulancia.

- ¿Es usted su novia?

Asiento con la cabeza.

No se porque he dicho que sí, pero da igual, lo fundamental es que Raúl se recupere.

Llegamos al hospital y entramos por urgencias, hay mucho alboroto. No me dejan entrar pero parece ser que ya está estable. Me siento en un sillón en la sala de espera y me tapo los ojos con las manos. Estoy agotada, no sé ni qué hora es ni en qué momento ha podido ocurrir todo esto.

- ¿Usted es la pareja de Raúl Moreno?

Alzo la mirada y veo a dos médicos. Uno bastante mayor, rondando los cincuenta y cinco años. Su compañero mucho más joven, tendrá más o menos la edad de Raúl.

- En realidad no soy su pareja, pero sí, he venido con él.

Empiezan a hacerme preguntas por si ha consumido alguna clase de droga. No tengo ni idea de eso, no sé si solo ha bebido o se ha drogado. Después de algunas preguntas más el médico más mayor se va.

- ¿Tú estás bien? ¿Cual es tu nombre?.- Me pregunta el otro doctor a la vez que se pone de cuclillas para poder estar a mi misma altura.

- Vera, y sí, tranquilo. Solo estoy un poco nerviosa por todo lo sucedido, además de que he intentado hacerle la reanimación cardiorrespiratoria pero no estoy segura de haberlo hecho bien, a lo mejor he empeorado la situación.

Mi voz se quiebra a mitad de la frase, puede parecer una tontería pero esta situación me ha alterado mucho. Nunca he vivido nada semejante. El doctor parece que se ha debido de dar cuenta porque me echa la mano al hombro intentando consolarme.

- Lo has hecho genial, para primeros auxilios siempre aconsejamos que ante la duda se haga la RCP, muy probablemente sin tu ayuda no hubiese llegado con vida al hospital.

¿Qué no hubiese llegado con vida? Pero que cojones está pasando, casi se muere un chico en frente mía.

No puedo evitar que las palabras de el doctor me alteren todavía más, se me cristalizan los ojos y me empiezo a rascar fuerte el brazo izquierdo tratando de tranquilizarme.

- Tranquila, es normal que estés nerviosa. Hemos llamado a los padres de Raúl y ya estarán en camino. ¿Puedes llamar a tus padres o a alguien para que te recojan?

Mierda. Con los nervios he olvidado por completo que no me he traído el bolso. ¿Ahora que coño hago?

- Joder, me he dejado el bolso en el pub y dentro tenía el móvil, la cartera y las llaves de mi casa.

Noto en el Doctor cómo iba a sonreír pero rápido se recompone. Cree que no me he dado cuenta pero nada más lejos de la realidad. Vaya gilipollas.

- Espera aquí, ahora vuelvo.- Se pone de pie y se va deprisa.

De que va riéndose este de mis desgracias. Vaya imbécil la verdad.

Veo al médico de lejos volver hacía mí con un móvil en la mano. Se acerca y me lo da.

- Escúchame atentamente. Salgo en una hora, pero ahora me tengo que ir y no podré volver hasta entonces. Llama a alguien para que te recoja, pero espera aquí para devolverme el móvil. Confío en ti, no me lo vayas a robar.- Sonríe y se va antes de que pueda agradecerle el gesto.

Bueno ahora está el drama del siglo. No me sé ningún número de teléfono ¿Quién memoriza ya los números teniendo los contactos en el propio móvil? Llamo al mío para que me lo coja Julia y venga a recogerme pero nada, no hay respuesta. Llamo una y otra vez hasta que salta el contestador diciéndome apagado o fuera de cobertura. Joder, joder, seguro que me han robado el bolso. Dios mío, pero si en el bolso tengo mis llaves y mi documentación, ¿Y si entran en mi casa a robarme? En realidad si entran como mucho me robaran el ordenador, porque vivo sola y no tengo nada de valor.

De repente me doy cuenta de un detalle.

-¡Mierda la tarjeta!.- Digo en voz alta en la sala de espera.

La gente me mira, pero ya me da igual, llamo rápido a mi banco para bloquearla. Puede que lo tenga Julia, pero es muy probable que me lo hayan robado. Salí de casa con un sesenta y siete por ciento de bateria, con lo cual es poco probable que se haya apagado, además no me voy a arriesgar a que me roben.

Una vez bloqueada la tarjeta pienso en cómo puedo contactar con alguien, teniendo en cuenta que en esta cuidad conozco a dos gatos. Pienso y pienso pero no se me ocurre nada, voy a dormir en un banco. Estoy tan frustrada que salgo a la calle para que me dé el aire. Está diluviando, pero a unos pasos veo un techado de la entrada de un parking donde hay dos hombres fumando manteniendo una conversación. Les pido un cigarro y fuego intentando tranquilizarme y pensar con la cabeza.

Los dos hombres se van y yo me quedo aquí fumando. Se me ocurre el Instagram pero no me acuerdo de mi contraseña. Me meto en el perfil del doctor y veo que se llama Iván, la verdad es que es un hombre guapísimo, con pelo castaño, barba perfilada y ojos verdes. En el buscador busco la cuenta de Julia para llamarla por mensaje directo, pero no me da la opción, así que voy a mandarle un mensaje.

Perfecto, tampoco me deja porque no se siguen.

Me arde una impotencia por dentro que mi mente no me deja pensar y suelto un puñetazo a la puerta del parking. Siento un dolor punzante en la mano. Miro al suelo y veo sangre mezclada con el agua de la lluvia. Giro mi mirada hacía la puerta y me doy cuenta que es de cristal y la he roto por el puñetazo, haciéndome varios cortes.

Solo veo sangre y siento que mi cuerpo pesa.

-¡Vera!.- Escucho de fondo que gritan mi nombre, pero se me nubla la mirada y no puedo responder. Me voy a desmayar.

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⏰ Última actualización: Sep 15, 2024 ⏰

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