Jimin logró dormir entre dos y tres horas, de nuevo recibió el amanecer, pero hoy era diferente. No pudo ignorar esa extraña sensación alojada en su pecho.
Se quedó sentado meditando un poco de lo sucedido la noche anterior, creía que se volvería loco con tanto en su cabeza.
Suspirando salió de la cómoda cama y se dirigió al baño para tomar una ducha, cuando terminó se vistió y salió en busca de Jin.
El omega se encontraba despidiéndose de su alfa en la sala, ya que Yongsun pronto saldría para dirigirse al trabajo.
—Buenos días, Yongsun, buenos días, Jin —saludó amable, su voz aún sonaba tímida.
—¡Hola, buenos días, Jimin! —exclamó la pareja alegremente.
Jimin suspira —Jin me preguntaba si...
Antes que terminara el omega le interrumpió riendo con cariño —Jimin, no tienes que pedir permiso para nada, ya sabes cielo, esta es tu casa.
—Gracias, Jin... —camina, pero se detiene volteando a verlo con algo de pena—. ¿Yo...?
—Y antes de que preguntes, si puedes tomar de mi té —le guiñó un ojo y Jimin se sorprendió, parecía que Jin fuera brujo.
Se despidió de Yongsun para ir a la cocina y darles privacidad.
La alfa abrazó a su omega —Diablos amor, en realidad eres psíquico.
—No alfa, recuerda que soy psicólogo, no psíquico, yo no uso una bola de cristal o algo parecido —el omega empezó a balbucear muchos términos para explicarle a su alfa la deferencia entre ambos, Yongsun se acercó estampado sus labios sobre los de Jin, sonrió tanto solo por el simple hecho de que adoraba a ese omega.
—Vaya que esta sí es una manera de hacerme callar —habló con los labios pegados a los de su alfa.
—Te veo en unas horas, recuerda que en la tarde hablamos.
—Adiós, cielo, ¡TE AMO! —gritó el omega.
—¡TE ADORO CARIÑO! —Yongsun respondió gritando igual.
Dentro de la cocina, Jimin intentaba alcanzar la caja de té que se encontraba en la alacena de arriba, era muy alta, intentó pararse de puntas; sin embargo, el dolor en sus piernas y costado impedía que la alcanzara.
—Tan solo un poco... —Jimin estiró el brazo lo más que pudo, aún así, no logró alcanzarlo.
Jungkook apareció justo en ese momento, le observaba desde la puerta, aún estaba en pijama, ya que su trabajo empezaba tiempo después, le habían concedido unas horas para instalarse y leer toda la información que se tenía con respecto al caso.
Con temor a poder incomodarlo carraspeó un poco para llamar su atención, Jimin dio un brinco por el susto y al ver al alfa se ruborizó.
—Hola Jimin, buenos días —Jungkook saluda con una enorme sonrisa.
—Buenos días —responde, logrando que las palabras no se enredaran en su boca.
—¿Necesitas ayuda? —pregunta apuntando al té.
—Sí, necesito eso, por favor —señaló la caja de té un poco nervioso. En Jimin había temor a lo nuevo o desconocido, pero con el alfa era diferente.
Jungkook se acercó al estante, se puso de puntas y alcanzó la caja dejándola en la encimera —Aquí tienes.
—Gracias.
—Es un placer, y bien ¿les gustarían unos omelette para desayunar? —preguntó buscando lo necesario.
—¿Tú cocinas? —inquiere y ve al alfa asentir, Jimin se asombra, Jungkook le causa cierta intriga—. Está bien, gracias.
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cenizas ᡴꪫ kookmin
RomanceLa belleza de Jimin reside en las cicatrices que un día fueron brazas de un incendio arrasador. Abusado por un mafioso alfa, su instinto lo abandonó a causa del dolor que este infligió en su vida. Jungkook, un alfa de alto rango y comandante especia...