Capítulo 2: Un juego Peligroso.

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El Brujo no era solo un hombre; era una entidad malévola que disfrutaba del sufrimiento ajeno. Se burlaba de la protagonista, un ser inocente atrapado en una red de engaños y manipulaciones.
A través de sus tías, comenzó una campaña de acoso que se extendió como una sombra sobre su vida. Pero las acciones del Brujo no se detenían ahí; lo que comenzó como una burla se volvió más siniestro.

A medida que la joven luchaba por mantener su cordura, sus mascotas empezaron a desaparecer misteriosamente.
El Brujo, con su risa oscura resonando en su mente, se deleitaba al ver cómo el sufrimiento se apoderaba de ella.
Cada mascota perdida era un golpe más en su corazón, un recordatorio de que el mal había tomado forma en su vida.

Corazones Corruptos (La Biografía de los Malvados). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora