146 - César Vallejo

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"Y, desgraciadamente 

el dolor crece en el mundo a cada rato, 

 crece a treinta minutos por segundo, paso a paso, 

 y la naturaleza del dolor es el dolor dos veces,

y la condición del martirio, carnívora, voraz, 

 es el dolor dos veces,

y el bien de ser, dolernos doblemente. 

Jamás, hombres humanos,

hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,

en el vaso, en la carnicería, en la aritmética!

Jamás tanto cariño doloroso,

jamás tan cerca arremetió lo lejos,

jamás el fuego nunca

jugó mejor su rol de frío muerto!

Jamás, Señor Ministro de Salud, fue la salud más mortal

y la migraña extrajo tanta frente de la frente!

Y el mueble tuvo en su cajón, dolor,

el corazón, en su cajón, dolor,

la lagartija, en su cajón, dolor.

Crece la desdicha, hermanos hombres,

mas pronto que la máquina, a diez máquinas, y crece

con la res de Rousseau, con nuestras barbas;

crece el mal por razones que ignoramos

y es una inundación con propios líquidos,

con propio barro y propia nube sólida!

Invierte el sufrimiento posiciones,

da función en que el humor acuoso es vertical al pavimento,

el ojo es visto y esta oreja oída,

y esta oreja da nueve campanadas a la hora del rayo,

y nueve carcajadas a la hora del trigo,

y nueve sones hembras a la hora del llanto,

y nueve cánticos a la hora del hambre,

y nueve truenos y nueve látigos,

menos un grito.

El dolor nos agarra, hermanos hombres,

por detrás,

de perfil,

y nos aloca en los cinemas,

nos clava en los gramófonos,

nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente a nuestros boletos,

a nuestras cartas;

y es muy grave sufrir,

puede uno orar... 

Pues de resulta del dolor,

hay algunos que nacen, otros crecen,

otros mueren, otros que sin haber nacido, mueren,

y otros que no nacen ni mueren (son los mas).

¡Y también de resultas del sufrimiento, 

estoy triste hasta la cabeza,

y más triste hasta el tobillo,

de ver al pan, crucificado, al nabo, ensangrentado, 

llorando, a la cebolla,

al cereal, en general, harina,

a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo, 

al vino, un ecce homo,

tan pálida a la nieve, al sol tan ardío! 

¡Cómo, hermanos humanos,

no deciros que ya no puedo

y ya no puedo con tanto cajón,

tanto minuto, tanta lagartija y tanta inversión,

tanto lejos y tanta sed de sed! 

Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer? 

¡Ah!, desgraciadamente, hombres humanos,

hay, hermanos, muchísimo que hacer".

César Vallejo, Los Nueve Monstruos

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⏰ Última actualización: Sep 15 ⏰

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