CAPITULO 2 | YENATLEE

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El desayuno, la parte que más odiaba del día. No es que fuese malo, pero en ese momento estaba obligado a convivir con sus padres. No los odia, para nada. Ellos a él si, mucho. ¿Por qué? Lo sabe perfectamente, pues nació varón y jamás podrá casarse con algún príncipe rico.

Luego del mismo sermón matutino se dirige a las montañas lagunadas en las que adoraba estar, no eran un lugar seguro pero las vistas iluminaban sus ojos. Se sentía el Rey del mundo contemplado todo desde arriba.

Cerraba los ojos recostado sobre el pasto, una buena siesta era justo lo que necesitaba.

Se exaltó cuando notó algo, o alguien, taparle la luz del sol.

–¿Qué carajo?

Abrió los ojos encontrando a Yenatlee frente suyo.

–¿No tienes nada más que hacer como para encontrarme siempre? Eso es acoso ¿lo sabías?

–No es acoso, solo coincidencias.

Bufó en respuesta levantándose para caminar lejos, siendo seguido por Yenatlee.

–¡Por una mierda deja de seguirme!

Gritó volteando a verlo claramente enfadado.

–¿Siempre eres así cuando alguien quiere estar contigo?

–¿Y qué sí sí? Ya déjame en paz. 😡

Rodó los ojos ante su dicho, no podría hartarse, sería patético. Además debía seguir con su misión.

–Como quieras.

Camina hacia la dirección contraria un tanto cansado de su actitud infantil.

Suspira al verlo irse y entonces corre. Corre directo a la entrada para tomar uno de los botes llegando con él a la isla de enfrente. Corre de nueva cuenta y con todo su empeño llega. Sube las escaleras de la torre cerciorándose que nadie lo siguiera. Baja al no ver nada.

Dentro de su cabañita, guarda sus pertenencias de ese día, entre ellas, el diamante. Se tumba en la cama dispuesto a dormir un poco.

. . .

Un ligero espanto lo levanta. Revisa. Mira. Nada.

Quería tomar otra siesta, pero, unos brazos lo acorralan por atrás obligándolo, por instinto, a golpear al extraño.

Lo tumba al suelo de espalda sosteniendo sus brazos con fuerza.

–¿¡Quién-!?

Enmudece al reconocer a la figura. No podría creerlo de no verlo.

–¿Yenatlee...? ¿Qué haces aquí? ¿Cómo es que...?

–Juro que te lo explico pero por favor suéltame.

Ya libre se levanta, se sacude, habla.

–Si, te seguí, lo lamento. En mi defensa, tenía que saber a dónde ibas.

–¿Y a ti qué a dónde voy o no?

–Vi que salías de la isla, entonces me entró curiosidad, es todo.

Apenas termina de hablar un puñetazo le atraviesa el rostro. Kixtla, furioso, lo golpea de nuevo dejándolo en el suelo, da una última mirada para entrar a la cabaña dejándolo solo.

Intenta reclamar cuando ve que se va, sin embargo, resulta doloroso el tratar de articular palabra alguna.

. . .

Al estar más calmado, Yenatlee, se levanta y, silencioso, entra a la cabaña.


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pregunta seria!

quisieran un extra nsfw??? si es así lo haré 

si-------------------

no-----------------

AzadYer  (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora