"De Corazones Rotos a Misterios Inesperados"

27 2 0
                                    

Ya no estaba en mis años jóvenes, ya había pasado los treinta y una gran serie de eventos desafortunados a mis veintes.
Entre que mi prometido me engañara con mi mejor amigo desde hace años, que me echaran de mi trabajo luego de estar varios años crujiéndome las rodillas por él, estudiar 5 años mi preciada carrera para no tener trabajo y otras tantas ocasiones con personas que no vale la pena hablar. ¡Así que me fui de viaje para empezar de cero!
Subí todo lo que pude llevar en mi auto, y emprendí mi viaje a un pueblo poco conocido en la mitad de Oregon: Gravity Falls.
No había mucha información en las redes o diarios, pero que mejor que empezar de cero en un lugar desconocido, además sentías cierta atracción hacia el lugar, no lo entendías.
Faltaba muy poco para llegar y sentías la emoción en todo tu cuerpo, hasta que se detuvo cuando viste una fila de pequeñas criaturas con... ¿sombreros? Te quedaste mirando un rato como corrían en cuatro y luego se pusieron uno encima del otro a tu ventanilla.
-Muchas gracias señorita, casi quedamos como mapache planchado- uno me hablo mientras se quitaba el sombrero.
-Shmebulock -él también se quitó el sombrero y se adentraron al bosque, te quedaste pensativa por un rato.
-Nunca más volveré a comer sándwiches de huevo en la estación de gasolina -pusiste en marcha tu auto y manejaste hasta el pueblo.

Claramente como te gusta hacer decisiones apresuradas, no tienes lugar reservado para tu estadía, pero encontraste una publicidad en la esquina de un diario sobre un lugar donde quedarte, donde un tal Stannos Pinos.
Pregunté por la dirección y me decían que allí solo estaba la cabaña del misterio, tenía mis dudas, pero igual fui hasta allá para preguntar.

Llegue y había una gran cantidad de turistas, estacione el auto cerca de la cabaña y una cabra salto hasta el techo, meh. Baje y fui a buscar al dueño del local, había mucha gente comprando regalos o viendo una marmota encima de un gallo vestido de vaquero, puse en duda mi vista y busque a alguien que me ayudara, vi a un gran sujeto arreglando la máquina expendedora y me acerque.
- ¡Hola, buenas tardes! ¿Quería preguntarte si sabias donde estaba en dueño del local? -se dio la vuelta y me observo extraña.
-Hablas de Stan? Debería estar...
-Bienvenida a la cabaña del misterio! -empujo al tipo y se apareció de la nada queriendo mostrarme el lugar- El lugar donde podrás ver las maravillas más raras de todo el mundo!
-Em... gracias? Pero necesito buscar al dueño del local -me miro nuevamente de forma sospechosa.
-Quién eres? ¿Un policía encubierto? -ahora me miraba como si me fuera a expulsar al bosque.
-No! No, claro que no. Nunca me llamo esa vida, a lo que venía -saque el fragmento de diario de mi bolsillo- encontré este anuncio de un Stannos Pinos sobre un lugar donde pueda quedarme, y todos en el pueblo apuntaban que la dirección era esta.
-Ay no... -me puso las manos en los hombros- mira chica... eehh... cuál es tu nombre??
-Marina Celinks
-Bueno, Marina... a ver... Ese anuncio es más viejo que tú y ahora entiendo porque esa imprenta me seguía cobrando hasta hoy, malditos jefes del diario, la cosa es... que fuiste estafada.
-Que?! ¿¿Entonces dónde voy a quedarme??
-Tío Stan!! ¡Mira en nuevo suéter que le hice a Pato! -una niña de pelo largo con un cerdo en un sweater azul con estrellas se nos apareció- acaso interrumpo un momento romántico?? Guiño guiño.
-Mabel! ¿Porque siempre piensas que cuando estoy con una mujer va a ser de manera romántica? Le estaba diciendo a Marina que sin querer fue estafada y la Cabaña no es una estadía -parece que ambos son familia.
-Con que Marina eh?? -soltó a Pato y me miro por un milisegundo- Ven conmigo! ¡Te ayudare en tu problema! -me tomo de la mano y me llevo hasta atrás de la cabaña, podría ser pequeña, pero sí que tenía fuerza.

Me llevo hasta un sillón y me hizo un billón de preguntas sobre mi vida, él porque estaba aquí, si buscaba el amor, la edad que tenía y si podía ella trenzarme el cabello.
-Tu ex merece que muera solo y arrugado al igual que ese amigo! ¡Qué bueno que cambiaste de aire porque te divertirás mucho por aquí! -me hablaba mientras me hacia una gran trenza.
-La cosa es donde quedarme, leí un panfleto que al final resulto ser una estafa y no tengo donde dormir -amarró el final de la trenza y me miro de frente.
-Puedes quedarte con nosotros! ¡Podrías dormir y trabajar aquí para mi tío! Además, hay tantas cosas que podríamos hacer como chicas -dio unos saltitos de emoción y se fue corriendo gritando hacia su tío.
-Que agradable muchacha, con mi edad podría ser hasta mi hija -escuche que alguien escupía su bebida y mire hacia un lado, había un niño con una gorra azul y una lata de bebida mirándome extrañado- Eh... disculpa, creí que no había nadie cerca mío, mi nombre es Marina y ¿el tuyo?
-Me llamo Dipper, y creo que ya conociste a mi hermana Mabel -me dijo mientras apuntaba a mi cabello que estaba lleno de figuritas entremedio de las trenzas.
-Pues sí, una muy agradable chica, y si eres su hermano también debes ser muy agradable -dio una risa nerviosa y sonreí- Mabel ya me contó sus historias y ¿qué tal las tuyas? ¿Como te ha tratado Gravity Falls?

Se sentía medio nervioso, pero me compartió unas cuantas historias, aunque se sentía que se estaba ocultando lo mejor para el mismo, no quise presionarlo así que lo dejé ser, hasta que Mabel apareció tirando a su tío de la manga.

-Marina! ¡El tío Stan tiene algo que decirte! -parece que lo estuvo presionando para venir.
-Bueno, después de pensarlo y darme cuenta que te estafé indirectamente, puedes quedarte aquí. Creo que podrías quedarte en uno de los almacenes que esta semi vacío, aunque tendrás que trabajar en la tienda por estadía.
-Oh! Muchas gracias señor Stan! ¡Le agradezco muchísimo que me dejara quedarme aquí! -le tome ambas manos agradeciéndole- Déjeme cocinar esta noche para agradecerles.
-Bueno... no puedo decirle que no a comida gratis

Finalmente tendría donde quedarme, le pedí a los niños que me acompañaran para saber donde comprar ingredientes y así preparar una buena cena para los Pines. Volvimos de la tienda y empecé a cocinar, solo puedo decir que a todos les gusto y no sobro nada, ni siquiera sobro del pastel de zanahoria que hice, Mabel se comió casi todo el relleno sobrante. Stan me guio hasta la que era mi habitación y me ayudó junto a los chicos a traer mis cosas y poner el almacén más como una habitación, ya estaba lista para irme a dormir hasta que una tierna Mabel apareció junto a Pato y muchos peluches en sus brazos.
-Creímos que te sentirías sola durmiendo aquí, así que trajimos compañía -me mostró sus peluches y le sonreí.
-Muchas gracias Mabel, aunque también tengo la compañía de alguien -de un lado de mi cama saqué un peluche tejido de un murciélago- el pequeño Robin me ha acompañado en todas mis desventuras desde pequeña, yo misma lo tejí en mis tiempos jóvenes.
-Es muy bello! Pero aun con 35 sigues siendo joven Marina -abrazaba a su tigre de peluche mientras me miraba con su carita triste.
-Estoy en la edad media de la vida, así que no te preocupes pequeña, ahora descansa porque mañana preparare panqueques al desayuno.
-Si!! ¡¡Panqueques!! -se fue con Pato hasta la puerta- Buenas noches Marina.

Esa chica es demasiado buena para este mundo, mañana me preparare para el trabajo, que estos chicos desayunen bien y olvidarme del pasado. Buenas noches a mí.

"Nada mas malo me puede pasar ya" StanfordxOCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora