CAPÍTULO 8: VACIOS DEL CORAZÓN

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Las cosas se estaban poniendo cada a más fuerte en Venezuela, y me sentía en la necesidad de hacer algo más que como figura pública y creador de mi propio imperio, sabía que parte de mis discípulos como yo los llamo, que estan allá, estan bien y que la situacion a pesar que ellos están estables, no esta fácil, aún viendo todo lo que este gobierno está haciendo, me quedó pensando en enviar unas donaciones a ellos, porqué sinceramente, aunque mis discípulos estan estables, ellos pueden hacer bastante con ese dinero que pueda enviar, ¿Que harán?, no lo se, ellos son lo suficientemente inteligentes y muy capaces de distribuir de manera sabía lo que yo les de, por algo son mis discípulos.

Con ese pensamiento voy caminando a mi despacho, y al llegar, veo alguien que no creí ver esta semana, pero me gusta el sexo, duro y rudo, ella me proporciona esa satisfaccion de desahogo, y para que mentir, está ¡¡¡“buenisima”!!!, sin decir palabra, porqué ella sabe que no me gustan las palabras previas, se levanta de manera sensual de mi escritorio y camina lento hacia mí, contorneandose y de manera seductora, se acerca un poco más, y sin decir palabra, sin quitar su mirada de la mía, desabrocha cada boton de mí camisa, y pasa lentamente sus manos por mi torso, duro, ya me encuentro con ganas de arrancarle ese vestido rojo que lleva puesto, y mi palpitante miembro esta que me salta del pantalón, sin decir nada, sigue bajando aún más sus manos caliente por la cinturilla de mi pantalón, yo sólo la observo, aún no la toco, y desabrocha mi cinturón, y baja lentamente hasta quedar frente de mi erecto miembro, y sin quitar su mirada de mí, comienza a lamer cada parte de mí miembro, sediento por ser saciado, ella me roba más de un gemido, que sale de manera grutual de mí garganta, lame, besa y se introduce cada parte de mí en su boca, y sin previó avisó, le agarro el cabello, la obligo a que siga mi ritmo, veo sus ojos cuando me ve, y tiene lagrimas en ellos, pero no me importa, no me importa que se ahogue con mi miembro furioso por ser sasiado, me tenso al llegar al sentir como clava sus uñas en mis piernas para sostenerse, y sin previó avisó me descargo en su boca, la miro y le ordeno que trague hasta la última gota de mí, ella lo hace y con su cabello en mi mano la levanto, y la acorralo, le arranco de un sólo movimiento el vestido, y descubro que esta sin ropa interior, me gusta, me ahorra el trabajo, la volteo y la empujo contra la pared, sin decir nada la penetro, me hundo en ella, y ella grita por la impresión y la invasión de mi miembro en ella, la azoto en sus nalgas tan sexys mientras entro y salgo de ella, no para de gritar de placer, me siento poderoso de saber que cada grito es por mí, porque le proporciono muchísimo placer, me salgo de ella y la lanzó a sofa que esta en el despacho y la penetro fuerte, ella vuelve a gritar una vez más, y sigo entrando y saliendo de ella, veo como sus pechos se mueve con ese baile, al ritmo de mis movimientos y los acaricio, siento como ella se va tensando, su vagina me va apretando y le estimulo su clitoris, que me pide atención a gritos, y justo allí, ella llega a la cima de su extasis y justo cuando ya estoy sintiendo que voy a llegar yo lo saco y me desahogo encima de su vientre, ella sabe que no pienso acabar dentro de ella, no pienso cometer ese error de nuevo, y pasar un susto innecesario, aún con la respiracion entrecortada ella me mira mal, porque siempre ha deseado que acabé dentro de ella, pero sabe perfectamente las reglas, cero palabras, cero sentirme acabar dentro de ella, cero sentimientos ni reclamos entre los dos, cero decir quien soy, porque mi vida esta en peligro de que me vuelvan a secuestrar y esta vez, sí logren asesinarme, y si ella falta a algunas de mis reglas, ella es la que va a perder más que sus beneficios de estar complaciendonos, sin más palabras ella se levanta, y va al baño a limpiarse, yo me espero a que ella salga, me meto ahora yo y me aseo, me acomodo de nuevo, y me miro en el espejo, esta sensación de vacío que ella y todas las que me cogo es abrumadora, no es lo que deseó, sinceramente no es lo que quiero, cierro los ojos y me calmo, y justo cuando mi respiración se regula, se viene a mi mente cierta venezolana, que aunque es muy sensual, sexy y hermosa, también se ve que tiene un corazón hermoso, se le ve, y mí calmado corazón vuelve a latir con más furia que antes, si tan solo las cosas fueran distintas, pero como dice mi maestro, cada cosa tiene su tiempo, y se que por ahora no puedo tenerla, pero ya pronto, cada día se aproxima más para tenerla de frente, a demás tengo muchas cosas que organizar primero antes de que ella llegue a mí, así que me digo a mi mismo que es el momento de actuar aún más fuertemente, y mas que se como pueden actuar las personas, el alcance de la mente humana, así que se que voy a hacer, salgo del baño y veo a Sandra allí, en la silla que está frente de mi escritorio, me mira fijamente.

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