Conocí a Alejandro una vez salido de mí secuestro, es increíble cómo esas personas que no esperas encontar en la vida se vuelven parte de tí, la verdad es que Alejandro es un gran amigo.
De forma inesperada, él se interesó mucho en todo lo que conlleva el control mental, la liberación de nuestros pensamientos, el utilizar ambos hemisferios del cerebro y poder proyectarse en él más allá de nuestras limitantes, le gustaba mucho las artes marciales y todo lo ninja, esas culturas entienden muy bien todo lo que conlleva el mirar más allá de tus propios límites, de lo que mi maestro me había enseñado, yo le impartía a él mía conocimientos, y de forma extraña él se los impartía a los demás, es uno de mis discípulos más notorios y parte de mí equipo más importante después de Leona y Emily, era uno de los grandes maestros que tenía para impartir mis conocimientos a mis discípulos más novatos, era de una gran ayuda en muchos aspectos realmente me gustaba su compañía.
Empiezo a caminar con los mil y un pensamientos, y me meto en la cocina en busca de una tasa de té, mi Nana me ve sin decirme nada me da mi tasa de té, y una galleta de avena que hizo sólo para mí, ella sabe que yo no como cosas que dañen mí cuerpo, su mirada era de preocupación y a la vez de molestia, mi ceño de frunció con cautela me acerque a mi Nana y la atraje a mis brazos.
- ¡Nana!
- ¡Mi príncipe grande!
- ¡Ay mi vieja, cómo extrañaba qué me dijeras así!, ¿Jamás dejaras de verme cómo un niño cierto?
- Alec, te cambie los pañales, ¿Que te hace pensar que voy a dejarte de ver cómo mi niño?
Esa sonrisa me lleno el corazón, pero me contrajo el alma verla preocupada, por mucho que no quisiera decirme nada, sabía leerla, y lamentablemente sabía que estaba pensando, y justo cuando iba a preguntar.
- ¡Hola guapo!
Mis entrañas se revolvieron de asco, de molestia y de todo, mi Nana se tenso en mis brazos, causando que nuestros ceños se nos frunciera a la vez, solté a mí Nana despacio le dí un beso en la cabeza y me voltee lentamente, mi mirada debió ser la más fría porqué cuando mire a Sandra a los ojos se encogió en su sitio.
- ¡Camina a mi despacho ahora!.
Mi tono fué autoritario, frío y calculador, hasta a mí me sorprendía el tono frío en el que le hable, sencillamente me fastidiaba su presencia en mi casa, y más sin mi autorización.
Lentamente caminó detrás de mí y yo cabreado por su presencia. No la odiaba, habíamos tenido buen sexo, no lo niego, pero me cabreaba el que no respetará ni espacio, mis normas y ahora más que Dany estaba en mí vida, no iba a perder a la mujer que quiero por una calentura, sí tenía que renunciar a tener sexo por esperar a Dany, lo haría, me canse de sentir ese vacío que siento cada vez que tengo sexo, me cansé.
Al entrar a mi despacho me encuentro con la agradable sorpresa de encontar a una señorita en mi escritorio totalmente concentrada, haciendo tareas, esa pulga lograba dominarme, le habia prometido el pony y hoy ibamos a comprarlo, ella era la unica que entraba en mí despacho y en vez de cabrearme alegraba mis dias, siempre encontraba corazones, dibujos y notas de mí pulga pegado en alguna parte de mí despacho, ella definitivamente con su inocencia lograba sacar lo mejor de mí.
Cuando me vió salió corriendo a mis brazos y me dió un sonoro beso en el cachete, vio a Sandra de mala cara y me vio a los ojos con sus manitas en mi cara, como buscando explicacion de la presencia de ella allí, conmigo, yo solo retenía mi sonrisa el saber que mí sobrina me celaba y cuidaba más que mi propia mamá.
- ¿Lo olvidaste?
- ¡No princesa, más tarde vamos!
- ¿Shin nadie?
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Tú , Mi Ramé
CasualeMi mirada viajó rápidamente a sus ojos y recordé cómo fue el verlo después de tanto tiempo. ¡Cómo brillaron al observarme mientras recorría mis labios! Mi corazón y mi piel reaccionaron a ese instante. Aunque, tenerlo de frente era sentir que no est...