El día siguiente llegó rápido. La sesión de fotos había sido intensa pero increíblemente productiva. El equipo de producción había capturado cada ángulo perfecto, y yo estaba satisfecha con el resultado. Sin embargo, el reloj no perdona, y llegó el momento de empaquetar mi equipo y prepararme para el regreso a Medellín.Mientras me alistaba en mi habitación del hotel, no podía evitar sentir una mezcla de emoción y melancolía. Había disfrutado mucho de estos días en Cartagena con James y de todas las experiencias compartidas. La idea de regresar a mi rutina en Medellín era reconfortante, pero también sabía que dejar Cartagena significaba separarme de James por un tiempo.
Mientras empacaba— Bueno, parece que es hora de regresar a casa. Aunque, debo decir que esta ciudad me ha ganado. ¡Me ha encantado cada momento aquí!— dije para mi misma.
Después de empacar mis cosas, me dirigí al restaurante donde James y yo habíamos pasado muchas horas conversando y disfrutando de la vista al mar. Sabía que era allí donde nos encontraríamos para la despedida. Cuando llegué, James ya estaba esperando en una de las mesas con vista al mar, mirando el horizonte mientras tomaba un café.
— Hola,
James se levanta con una sonrisa— "¡Hola, Isa! ¿Lista para tu vuelo?"
— Casi. Solo quería decirte que estos días han sido geniales. Cartagena es hermosa, pero ahora toca volver a Medellín.
— Sí, lo sé. Aún me queda un poco de trabajo por hacer aquí, así que no te preocupes, que ya te espero con ansias en Medellín. ¿Cómo va todo con tus cosas?
— Todo en orden. Solo me queda hacer el check-out y tomar un taxi al aeropuerto. Pero quería aprovechar este último momento para pasar tiempo contigo antes de irme.
Nos sentamos a la mesa y comenzamos a charlar, mientras disfrutábamos de una última comida juntos. La conversación fluyó naturalmente, como siempre. Hablamos sobre nuestros planes futuros y cómo íbamos a mantenernos en contacto mientras estábamos separados.
— ¿Te gustaría venir a Cartagena de nuevo pronto? Podemos planear algo para cuando termine mi trabajo aquí.
— Me encantaría. Cartagena me ha atrapado, y no sería difícil convencerme de regresar.
Mientras hablábamos, no podía evitar mirar el reloj de vez en cuando. Sabía que el tiempo estaba corriendo y que debía prepararme para el aeropuerto. La despedida era inevitable, pero quería hacerla lo más agradable posible.
— Antes de que te vayas, déjame llevarte al aeropuerto. Así podemos decir adiós de la mejor manera.
— Eso sería genial. Gracias, James.
Después de nuestra comida, nos dirigimos hacia el coche. El viaje al aeropuerto fue tranquilo, y mientras avanzábamos, el tráfico era ligero, lo que nos dio tiempo para disfrutar de unos últimos momentos juntos.
ESTÁS LEYENDO
ℱ𝒰𝒯 ℳ𝒪ℛ / 𝐉𝐀𝐌𝐄𝐒 𝐑𝐎𝐃𝐑𝐈𝐆𝐔𝐄𝐙
RomansaLe rompieron el corazón y no busca a nadie que se lo reponga,solo quiere a alguien que se lo ponga. pa remplazar al perro que no la valora