6.

783 110 60
                                    

El silencio en la habitación del hospital estaba impregnado de una calma reconfortante. Después de varias horas intensas y dolorosas, Shoto había sido transferido a una habitación más tranquila para que pudiera descansar y recuperarse. Las enfermeras y la doctora habían revisado tanto a Shoto como al bebé, y ambos estaban en perfectas condiciones. La ansiedad inicial se había disipado, y ahora solo quedaba el suave murmullo del ambiente hospitalario.

Shoto se encontraba sentado en la cama, su cuerpo aún fatigado pero su mente en paz. El agotamiento de las últimas horas había dejado huellas visibles en su rostro, pero el resplandor de la satisfacción y el amor llenaba sus ojos mientras miraba al pequeño ser en sus brazos. 

El bebé, envuelto en una ropita suave y cómoda, descansaba en los brazos de su madre. La cabecita del pequeño reposaba sobre el pecho de Shoto. El cabello blanco brillaba a la luz tenue de la habitación, contrastando con sus pequeños ojos verdes que estaban cerrados en un estado de descanso. Las pecas en su rostro le daban un aire adorable y único. 

Bakugou estaba en un rincón de la habitación, ocupado en preparar un vaso de agua para Shoto. Su expresión, aunque normalmente dura, mostraba una suavidad inesperada mientras se movía con cuidado, intentando no interrumpir el momento entre Shoto y el bebé. 

Se acercó a Shoto, con el vaso de agua en la mano.

― Aquí tienes, bastardo  ― Dijo Bakugou, mientras le ofrecía el vaso a Shoto ―

Shoto levantó la vista hacia Bakugou.

― Gracias...― Dijo Shoto, tomando el vaso con la mano libre ―

Bakugou se quedó observando en silencio al bebé que descansaba plácidamente en los brazos de Shoto.

Algo en la escena lo hacía reflexionar, como si ver a Shoto en ese papel de madre cambiara la forma en que percibía todo lo que había pasado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Algo en la escena lo hacía reflexionar, como si ver a Shoto en ese papel de madre cambiara la forma en que percibía todo lo que había pasado. Era un momento de calma, y Bakugou, a pesar de su naturaleza explosiva, lo sentía profundamente.

Shoto, después de terminar el vaso de agua, lo dejó con cuidado en la mesita de noche y ajustó su posición en la cama, buscando un poco más de comodidad. Era evidente que todavía estaba agotado, pero la tranquilidad de tener a su bebé en brazos parecía suavizar el cansancio.

― Sabes... el mocoso se parece un poco a Deku ― Comentó Bakugou de repente, rompiendo el silencio mientras miraba al bebé con ojos entrecerrados, como si analizara cada detalle ―

Shoto sonrió levemente ante el comentario. Sabía que había una verdad en esas palabras, y aunque en algún momento le dolió pensar en la ausencia de Izuku, ahora podía aceptar esa realidad con un poco más de serenidad.

― Sí, lo sé... ― Respondió Shoto, acariciando suavemente las diminutas pequitas en las mejillas de su hijo ― Tiene sus ojos... y las pequitas. Me gusta que tenga algo de él.

En los Brazos del Alfa Equivocado [ BakuTodo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora