☆「 Cα℘Ꭵʈʊʆꪮ 4 」♡

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[The Second's Coming POV]

...

Ya habíamos salido del bosque Elderwood Woodlands. Me encontraba recolectando manzanas, algunas de los árboles y otras del suelo, guardándolas en la mochila que me habían entregado. Además, me dieron una mochila grande para almacenar más provisiones, algo que sin duda me resultaría muy útil. Junto con esto, también me equiparon con una espada robusta, lista para enfrentar monstruos mientras busco los cristales. Ahora soy yo quien se mete en problemas y persigue aventuras. Nunca más volveré a reprochar a mis amigos por hacer lo mismo.

Mientras hablaba con Yellow, o al menos eso creí, me di cuenta de que estaba solo conversando conmigo mismo. Comentaba lo mucho que esperaba que fuera fácil entrar y salir de The Nether Kingdom pero al no recibir respuesta, comprendí que Yellow no me estaba prestando atención. Resulta que yo estaba hablando con un árbol.

Cuando volteé a ver a Yellow, noté que estaba desanimado. Estaba arrodillado, observando a unos conejos que correteaban cerca de él. Me acerqué con cautela y, para mi sorpresa, me encontré con una familia de conejos. Dos de ellos me resultaban extrañamente familiares. Eran Algodón y Sunny, las mascotas y pequeños de Yellow y Red... en mi dimensión.

Me pareció enternecedor encontrarlos aquí también, aunque ahora tenían una familia formada. Saqué varias zanahorias de mi mochila y se las pasé a Yellow. Al principio, él parecía un poco confundido, pero tras unos segundos comprendió lo que intentaba hacer y, con una suave sonrisa, le entregó las zanahorias a los seis conejitos. Me alegró tener suficientes para todos ellos.

El conejo de pelaje café oscuro, que era el papá, Algodón, se acurrucó junto a Yellow, y pronto varios de los conejitos hicieron lo mismo. Era una escena realmente tierna. Me recordó aquellos momentos cuando Yellow y Red jugaban con ellos y les enseñaban trucos. Aunque a veces Red se olvidaba de recompensarlos, y entonces Algodón lo mordía y lo miraba con reproche. Eran tiempos felices, llenos de pequeños pero significativos recuerdos.

Sin embargo, a pesar de la ternura del momento, Yellow no podía ocultar su expresión triste. ¿Será que realmente estaba tan afectado por nuestro viaje al Nether?

...

—Oye, Yellow... no has quitado esa expresión desde que salimos de aquí. ¿Estás seguro de que estás bien? —pregunté con preocupación. No quería forzar a Yellow a venir conmigo, pero también sabía que sería bueno tener un compañero en esta aventura.

—Sí, estoy bien. Solo que... como te dije, el Nether no me gusta mucho —respondió Yellow mientras acariciaba suavemente a Algodón.

—Si de verdad te incomoda... puedo ir solo y... —intenté ofrecerle una salida, pero me interrumpió.

—Tranquilo, voy contigo de todas formas. No quiero que te maten —dijo Yellow con firmeza. Y tenía razón, no quería morir en esta dimensión. Todo aquí estaba conectado con la vida real; el juego y la realidad entrelazados de una manera peligrosa. No era algo que se pudiera tomar a la ligera.

—Sabes que podrías simplemente dejarme aquí y marcharte... pero pensé que podrías ayudarme a volver a casa —dije, bajando la mirada. No quería parecer un cobarde ni un niño que necesita que lo acompañen a todas partes. Todos me ven como alguien valiente y maduro, pero en el fondo, sigo siendo un niño que solo quiere regresar a casa con sus amigos.

—No te dejaré solo en esto, así que no te preocupes. Será sencillo. Sabemos que el cristal está en la torre más alta del castillo. Solo tenemos que subir, tomarlo, bajar y salir. Además, es una suerte que nos hayan prestado un caballo para viajar más rápido —respondió Yellow, tranquilizándome.

—Tienes razón, jaja... gracias, Yellow. En serio, lo aprecio —le sonreí con alivio. A pesar de todo, este Yellow no resultaba ser tan amargado como pensé.

—Y, por cierto, solo por curiosidad... ¿cómo soy yo en tu dimensión? Sé que somos amigos, pero nunca me has contado qué hago o a qué me dedico —preguntó Yellow, intrigado. Me arrodillé a su lado, dispuesto a pasar un rato charlando con él.

—Te vas a sorprender —comencé con una sonrisa—, pero en mi dimensión eres extremadamente observador y curioso. Además, eres increíblemente bueno con la redstone. Es alucinante lo que logras con ella.

—¡Wow! Sé que a mucha gente se le complica usarla... yo nunca lo he intentado, siempre me ha parecido una pérdida de tiempo —explicó Yellow. Definitivamente, este Yellow no se parecía en nada al que yo conocía.

—Si el Yellow de mi dimensión te hubiera escuchado decir eso, te habría dado un buen golpe en la cabeza, jaja. Él está loco por la redstone, es su mayor pasión, ¡está obsesionado! —reí al recordarlo, y Yellow solo soltó una ligera carcajada, mirándome con una sonrisa.

—Tal vez algún día lo intente, a ver qué tal se me da —dijo con una sonrisa.

—¡Eso suena genial! Y, por cierto, ¿sabías que en mi dimensión tú te encargas de cuidar a los conejos grandes? —dije señalando a Algodón y Sunny.

—¿En serio? ¿Yo cuido a estos conejos? ¡No me lo esperaba! —respondió, mirando a los conejitos con asombro. Me sentí contento de estar creando un vínculo en este mundo, aunque fuera diferente.

—Los adoras... Bueno, creo que es hora de irnos, ¿no te parece? —pregunté con seguridad. Yellow me miró, suspiró profundamente y acarició por última vez a Algodón y Sunny, antes de ponerse de pie y mirarme de nuevo.

—Estoy listo, ¿y tú? —preguntó él. Le respondí con una sonrisa, y nos dirigimos hacia los caballos que nos habían asignado. Montamos y nos preparamos para partir hacia the Nether Kingdom

...

Yellow y yo montamos nuestro caballo, mientras él se encargaba de domarlo, yo me concentraba en el mapa. Sin embargo, antes de partir, Yellow se despidió de Algodón. Algodon lo miró seriamente y asintió con la cabeza, a lo que Yellow respondió del mismo modo. Con eso, nos pusimos en marcha hacia el Reino Nether.

A medida que nos acercábamos, el calor se volvía más intenso. Nos internamos en el bosque para evitar ser vistos, y el entorno a nuestro alrededor comenzó a teñirse de un rojo profundo. Una vibra inquietante se apoderaba del lugar a medida que nos aproximábamos al castillo. Podía notar que algo no estaba bien con Yellow; cuanto más cerca estábamos, más afectado parecía. Lo curioso era que él ni siquiera consultaba el mapa, ¿acaso sabía exactamente hacia dónde ir?

Finalmente, llegamos. Desmontamos y aseguramos los caballos en un lugar seguro. Yellow y yo intercambiamos una mirada antes de avanzar hacia la entrada del castillo. No había guardias a la vista. ¿Es posible que no haya nadie protegiendo este lugar?

...

—Hey… tranquilo —intenté calmar a Yellow. Él me miró, pero su rostro lo delataba; estaba peor de lo que pensaba.

—Shh… no hables —me interrumpió de inmediato. Guardé silencio, algo inquieto.

Ambos observábamos hacia el frente cuando, de repente, alguien descendió desde lo alto del castillo y aterrizó frente a nosotros. Su caída fue impecable, a una distancia considerable. Mientras se levantaba, no podía distinguir quién era, hasta que finalmente se puso de pie... y no podía creerlo...


























¿Red...?

[Continuara...♡]

☆「 ᗬᎥՊєɲᏟᎥ⋆ɲ ҒԻ丹ℊMєΠʈΔᗬ丹 」♡ {Alan Becker}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora