☆「 Cα℘Ꭵʈʊʆꪮ 11 」♡

64 9 11
                                    

[Narrador/a POV]

Second estaba en su habitación en el End, observando el paisaje sombrío y desolado a través de la ventana. Aunque sabía que el sueño era imposible ahora, en el End la situación no mejoraba mucho. Miró alrededor, y vio cómo las paredes comenzaban a glitcharse, distorsionándose en patrones irregulares. Sintió que su mente estaba agotada, y se sentó en el suelo, decidido a relajarse por un momento.

Sin embargo, fue un error. Apenas cerró los ojos, se encontró flotando en un vacío oscuro y silencioso. Frente a él apareció una figura que había esperado no volver a ver: The Abyss. Más grande que antes, con una presencia abrumadora y esa sonrisa oscura y burlona en su rostro. The Abyss, la antítesis de The Star, lo observaba fijamente.

—¿Cuándo piensas regresar a casa, Second? —preguntó Abyss, en un tono casi divertido.

Second tragó saliva, tratando de mantener la calma. —Estoy trabajando en eso, no te preocupes.

Abyss rió suavemente, pero su risa sonaba hueca, como un eco inquietante. —¿De verdad? ¿Crees que podrás? —Su mirada se tornó fría y desafiante—. Esta es tu nueva vida, Second. Todos separados, rotos… y algunos, muy cerca de la muerte.

La mención de la muerte hizo que Second sintiera un escalofrío. Su mente voló a Yellow, y en un impulso, le gritó a Abyss con furia y desesperación:

—¡No dejaré que Yellow muera otra vez!

Abyss lo observó en silencio, antes de inclinarse ligeramente hacia él, su voz apenas un susurro. —Oh, Second… las cosas solo empeorarán. Llegará un momento en que necesitarás mi ayuda, aunque te niegues a aceptarlo.

Second lo miró desafiante, intentando mostrarse fuerte. —Jamás recurriré a ti.

Abyss sonrió, como si supiera algo que Second no comprendía aún. —Nunca podrás escapar de mí… porque nosotros nunca fuimos dos.

Y con esas palabras, Second se encontró de nuevo en su habitación, respirando rápidamente y sintiendo cómo el miedo aún retumbaba en su pecho. Las paredes parpadeaban cada vez más, y el glitch era tan intenso que parecía que la realidad misma estaba a punto de romperse. Se apresuró a salir de la habitación, pero en su prisa chocó con alguien. Ambos tropezaron, cayendo al suelo.

—¡Ah! —exclamó Second, aún algo asustado. Miró a quien había chocado—. ¡Lo siento, su alteza!

Purple, sorprendido y un poco avergonzado, negó con la cabeza, tratando de calmarlo. —No tienes que disculparte de esa forma, Second.

Second soltó una risa nerviosa. —Es solo… no esperaba verte aquí. Digo, eres un príncipe, ¿qué hacias tu en esa cueva?

Purple miró hacia otro lado, suspirando. —Es… algo privado. Pero podemos hablarlo en otro lugar.

Intrigado, Second tomó a Purple de la mano y lo guió de vuelta a su habitación. Purple miró las paredes glitchándose cada vez más, suspirando con cansancio. Second, con una sonrisa amistosa, rompió el silencio:

—Vamos, suéltalo. ¿Por qué el príncipe de este lugar andaría vagando por cuevas?

Purple dudó un momento antes de responder, su tono de voz cargado de sinceridad. —A veces… me gusta escaparme de mis deberes. Ser de la realeza es agotador. Y… bueno, mi rey no me trata muy bien desde el accidente. El rey Orange… perdió a su hijo en ese accidente. Desde entonces, creo que no me ha perdonado. Intento ser amable, hacer las cosas bien, pero… siento que no le importa.

Second sintió una punzada de empatía en el pecho. Todos sus amigos parecían llevar consigo algún peso doloroso. —Lo siento, Purple. Si necesitas ayuda con algo… estaré aquí para ti.

Purple le sonrió, agradecido. —Gracias, Second..enserio.

Ambos se levantaron y salieron de la habitación, solo para encontrarse con algunos guardias en el pasillo. Second sintió el pulso acelerarse, pero Purple, con calma, les indicó que se retiraran. Ya a solas, Purple miró a Second y le ofreció:

—¿Te gustaría un tour? Tal vez… podrías ver un lado del End que nunca has visto.

Second asintió con entusiasmo, viendo en esta propuesta una oportunidad para explorar y, tal vez, encontrar los cristales que sabía que estaban ocultos en este lugar.

...

「Mientras tanto, en el Nether…」

Chosen volaba hacia el castillo del Nether, aterrizando en un balcón oscuro donde lo esperaba Dark. Sin embargo, en cuanto llegó, notó algo extraño en el ambiente. Dark estaba rodeado de un aura oscura, una señal inequívoca de que había consumido la estrella del Nether.

Dark lo saludó con una tranquilidad inquietante. —Vaya, has llegado tarde, Chosen.

Chosen se acercó, mirándolo con desaprobación. —Sé lo que has hecho, Dark. El niño naranja robó el cristal. Ahora, puede irse de esta dimensión, y nosotros no podremos resolver nuestro problema.

Dark cruzó los brazos, sin perder la compostura. —Second no está solo, y no podemos hacer nada, porque probablemente ya estén buscando los demás cristales.

Chosen suspiró, la frustración evidente en su rostro. —Gracias a ese niño, tal vez podamos recuperar lo que una vez perdimos.

Dark colocó una mano en el hombro de Chosen, con una calma desconcertante. —No te preocupes más. El End tiene el cristal bien guardado.

Chosen miró hacia el cielo rojo que cubría el Nether, y susurró con convicción: —No dejaremos que se vaya.

[Continuará...♡]

☆「 ᗬᎥՊєɲᏟᎥ⋆ɲ ҒԻ丹ℊMєΠʈΔᗬ丹 」♡ {Alan Becker}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora