A Jimin le ha gustado tejer desde siempre, y el fan número uno de sus obras siempre será su amigo Jungkook, el chico popular de la universidad. A pesar de sus diferencias, han sabido mantener viva su amistad.
Sin embargo, un día, Jimin escucha a su...
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En la universidad, Mina se acercó a Jungkook con una expresión suave en el rostro. Era alguien distinta a la que fue el día de ayer, de seguro venía a pedir perdón, pensó Jungkook, quien estaba estaba distraído mientras organizaba algunas cosas de su casillero.
—Jungkook, ¿podemos hablar? —preguntó con un leve puchero.
El mencionado se giró con cuidado, y cerró su casillero mientras se cargaba en él con brazos cruzados, y mirada segura.
—Escucha, siento mucho lo de ayer —continuó Mina, mordiéndose ligeramente el labio inferior—. Estabas en lo correcto, fui demasiado lejos con lo que te dije... Nuestra amistad es muy importante para mí, y no quiero que eso se pierda por una tontería.
— Para mí no fue una tontería.
—Lo sé... De verdad lo siento —insistió, esbozando una sonrisa tímida—. No sé qué me pasó, pero quiero arreglar las cosas. No quiero perderte.
Mientras él asentía aún pensativo, Mina sonrió para sí misma esperando a que el azabache corra a sus brazos y le perdone todo.
—No sé, Mina. Lo de ayer fue... complicado. No me esperaba que reaccionaras así —dijo, aún manteniendo la distancia tanto física como emocional—. ¿De verdad lo dices en serio?
