BABELICO || Shinichiro Sano.

1# Cuando pase el temblor

Era una mentira si dijera que todo estaba bien, nada lo estaba y eso le quedó claro en cuanto presenció el fin de las cosas, solamente no podía apartar los ojos sin poder creerlo ¿ en verdad no eran invencibles? Solo eramos unos sacos de carne, hueso y sangre cosa que para ellos equivaliamos a comida. El grito sorprendido de la gente mientras miraban la grotesca escena, otros se tapaban los ojos incluso tenían ganas de vomitar por lo terrible que era por que en esta vida alguien más llego para ser más cruel que los humanos, llegaron a hacernos pagar nuestros pecados con lágrimas y sangre.

Un suspiro entre cortado salió de sus labios admirando la enorme pantalla mientras todos corrían lejos del lugar en donde se realizaba el enfrentamiento pero el no se movió, estaba congelado sin saber que hacer más que seguir observando aún con una esperanza que abordaba en su inquieto corazón pero a su vez este bombeaba sangre a gran velocidad entre un pánico existencial y una chispa de adrenalina que aseguraría su supervivencia si solamente sus piernas le obedecieran pero no ya que estas compartian el mismo temblor que su cuerpo.

Su cabeza estaba bloqueada entre todo el caos pero más al ver como uno de sus hermanos seguía peleando por su vida contra ese monstruo en una maldita cosa de hojalata que se hacían llamar robots, como los odiaba, podía ver como los pedazos del robot salían por los aires gracias a que el enorme monstruo usaba sus afiladas garras para meterse en las aberturas para sacar volando cada una de sus piezas sin detenerse a pesar de que una cuchilla estaba enterrada en su largo cuello aun si chillaba de dolor retorciéndose por el malestar todavía seguía dando pelea. En su interior no encontraba nada ni siquiera la paz mental y en cuanto vio como el monstruo enterró su boca en el área de la cabina fue cuando sus piernas se sintieron ligeras corriendo entre el mar de gente que empujaba a otros o lo dejaban sordo con sus gritos.

Sus pulmones ardían dando su mejor esfuerzo para poder alcanzarlo como si eso pudiera salvar el trágico final de un miembro más de su familia pero desgraciadamente esta era la realidad y no había un Superman a decir líneas estúpidas sobre salvar a todos, su garganta rasposa y seca logro sacar un grito de impotencia al presenciar la fuerza de la mandíbula del monstruo cerrándose por completo en el metal de la cabina tragandose a todo aquel que estuviera dentro sin importar que eso lastimara su piel ni la cosa viscosa que al parecer era su sangre deslizandose por su cuello aun con la cuchilla.

Tropezó entre la gente llegando a amortiguar el impacto con sus manos ganándose unos raspones en su piel pero la adrenalina del momento no le permitió sentir el dolor por completo, tenia la vista borrosa clavándose en el asfalto con unos pequeños puntos negros que eran producto de sus lágrimas. Dolor no era una palabra muy buena para ese momento por que el ni siquiera sabía muy bien como describir como se sentía no después de ver como devoraban a la única persona que aún seguía confiando en el.

- Manjiro...

Su voz salió rasposa casi de manera incomoda como si tuvieras esa sensación arenosa en tú garganta, tembló ligeramente levantando la mirada observando esa maldita cosa frente a el como si supiera de su presencia de una manera u otra. No se veía que tuviera ojos más bien era algo liso resaltando el color negro pero su boca estaba rasgada hasta lo que parecían ser sus oídos siendo una estructura rara con cuatro picos en una sola unión de carne a cada lado de su cabeza mientras su lengua se deslizaba por sus colmillos.

Algo simplemente tétrico y asqueroso, su lengua viscosa se paseaba por sus colmillos como si empezará a saborear su sabor o el masticar su carne cosa que lo hizo estremecer. No tenía un motivo, sus únicas razones de seguir habían muerto así que solo era un saco de carne y huesos tan hueco que el doloroso palpitar de su corazón resonaba en todo su cuerpo.

-¿Que esperas imbécil? ¡¡ Acaba conmigo!!.

Grito con fuerza cerrando los ojos sin importar si esas eran sus últimas palabras, el ya estaba muerto desde hace mucho y este era su camino.

Un sonido metálico se escucho a lo lejos como un rayo tocando la tierra y a su vez destruyendo todo a su paso, un Hunter negro en su totalidad salto por encima de Shinichiro tomando impulso para sujetar al monstruo de la cintura y derribarlo hacia los edificios sin mucho trabajo haciendo que uno de los edificios empezará a caer, incluso el mismo podía escuchar a la gente que estaba dentro del edificio gritar de manera desgarradora pues su cruel destino era morir aplastados bajo los escombros.

El edificio cayó alzando una densa nube de polvo junto a los cristales y escombros volando por doquier, solo el pudo encontrar refugio al agacharse mientras se tapaba la cabeza en un intento de salvarse irónicamente después de casi morir de manera voluntaria ante un monstruo. Escuchaba su propia respiración y como sus oídos zumbaban de manera dolorosa, estaba casi seguro de que se le habían rotó los tímpanos.

De ahí en fuera todo lo que vio fue oscuridad junto a un silencio sepulcral, de ahí supo que esto solo era la punta del iceberg y que este mismo estaba empezando a salir a flote.