Cartas a un amor que pudo haber sido

Echoes

Como siempre, no sé por dónde empezar HAHAHAH. Estos días han sido extraños, con una sensación de nostalgia que no me había invadido tan intensamente desde hace meses. Hoy es particularmente difícil. Siento una necesidad abrumadora de poder abrazarte, algo que ni siquiera cuando éramos cercanos había experimentado con tanta intensidad.

Recuerdo la última vez que nos vimos; era un momento que, aunque no lo sabía en ese entonces, sería el último. Me duele mucho no haber podido abrazarte más fuerte, no haber sabido que ese adiós sería definitivo. Es un dolor sutil, pero constante, que me recuerda lo mucho que te extraño.

No es que quiera repetir lo mismo, no se trata de desear revivir el pasado ni de volver a caer en lo que teníamos. Es simplemente el hecho de que te extraño de una manera linda y buena. Echo de menos tu presencia, nuestras conversaciones, incluso tus pequeños gestos que solían formar parte de mi día a día. La idea de no poder compartir más momentos, me duele más de lo que imaginé.

 No sé si alguna vez podré entender del todo lo que sentí o por qué me afecta tanto, pero lo que sí sé es que, a pesar de todo, tu recuerdo sigue siendo una parte importante de mi vida. Es curioso cómo el tiempo puede cambiar tantas cosas, pero ciertos sentimientos y recuerdos permanecen intactos como el cariño y los momentos compartidos que tienen su lugar especial en mi corazón.

Así que aquí estoy, recordando y sintiendo, sabiendo que lo que tengo ahora son recuerdos, pero con la esperanza de que este dolor es parte del proceso de seguir adelante. No quiero que se malinterprete, no estoy buscando volver atrás ni revivir lo que fue. Simplemente te extraño de una manera que es agridulce, pero también hermosa, y eso es algo que necesito aceptar y entender.