En la literatura de Becquer se encuentran tópicos cumbres desmembrado las sensaciones del lector. La obsesión, tema recurrente que atravesó toda su pluma, se presenta como una fuerza irresistible que consume a los personajes llevándolos a la locura, la muerte y la destrucción.
Que se haya convertido en un clásico es porque logra explorar la psicología humana y los límites de la razón. Sus personajes se ven consumidos por sus propias pasiones y deseos, lo que los lleva a cometer actos que los destruyen a sí mismos y a los que los rodean.
Tenemos una obsesión como fuerza irresistible que consume al personaje, con un tinte oscuro que rodea al romanticismo explícito en la obra.
Podemos encontrar indicios de este tópico en el siguiente ejemplo: Fernando, luego de encontrarse con el "demonio" en la fuente, deja de ir a cazar y su único pensamiento está dirigido hacia los ojos verdes. Este elemento es repetitivo a lo largo de todo el relato, indicio de una necesidad que raya la desesperación.
El autor es sutil al inicio, pero luego va a detenerse de manera casi perversa en la euforia del personaje y el encanto de la otra. Un trágico final, al estilo del autor, donde denota el tono oscuro que acompaña toda la obra.
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