capitulo 5

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JUNGKOOK:

Me salté todas las luces rojas de camino a casa.
La pobre Jenny estaba sosteniendo el panel y haciendo sus
oraciones, mientras yo pasaba las curvas como si fuera el
maldito Mario Andretti.

- Vaya, te gusta conducir rápido. - Dijo cuando repase

un coche que iba muy despacio. Yo aceleré y pasé junto a él
ansioso por llegar a casa
El deseo de ver a Jimin crecía cada segundo que estaba
atrapado en el restaurante, hasta que tomó vida propia,
desgarrándome con una frustración.

- ¡Vete! - Me gruñó. - ¡Ve a reclamarlo antes de que
alguien lo haga!

Me pase toda la cena sudando y blanqueando mis puños
de tanto apretar mi silla, mientras Jenny hablaba sobre su
trabajo y su amor por tocar el violín.
Yo apenas miraba sus labios mientras ella hablaba,
fingiendo escuchar, fingiendo que eran una décima parte
tan interesantes como los labios rojos de Jimin
Mi deseo correteaba dentro de mí, haciéndose más fuerte
a cada segundo. Resoplo de impaciencia por el camarero,
por el tiempo que tardo Jenny en terminar su maldita
ensalada, y finalmente con Francia y todos los franceses que
pensaban que era una buena idea hacer que la cena fuera
de cinco porciones
Cada segundo que pasaba era una tortura. Me habría ido
si hubiese sido cualquier otra persona, pero hobby es mi mejor
amigo y le prometí que sería un perfecto caballero con Jenny
La única cosa que me mantenía firme y sensato era saber
que Jimin estaba en mi casa. Aquel trasero redondo y
perfecto estaba sentado en mi sofá, esos dulces labios rojos
estaban tocando mis vasos, esos pulmones inocentes y dulces
estaban respirando mi aire y mezclándolo con el de el.
En el momento en que pague la cuenta, mi autocontrol
estaba colgando de un hilo. Prácticamente agarre a jenny y la arrastre hasta el coche.
Creo que ella estaba esperando un beso cuando la deje,
pero ella recibió un montón de nada. No quiero que mis
labios toquen nada que no sea esos labios rojos que me
esperan en casa.

Mi corazón late tan fuerte, que mi médico me mandaría a
un cardiólogo si lo oyera latir cuando me detengo en el
estacionamiento. Yo acelere y solo pise los frenos cuando
llegué.

Mis faros iluminan la bici rosa que está descansando en la
puerta de mi garaje. Me golpea como un puñetazo en el
estómago. El es tan inocente. Quiero oler el asiento de su
bicicleta y frotar mi polla por todas partes.
Apago el auto y miro hacia mi casa sabiendo que el está
allí. Mi polla se endurece al punto de que me duela el
pensamiento, y antes de que pueda detenerme, mi polla está
fuera de mis pantalones y me estoy masturbando con fuerza
Pienso en sus Pezones erectos que se asomaban como si quisieran
saludarme, mientras me excito aún más. Cuando pienso en
esos labios maduros de cereza, es mi fin, los chorros calientes
de mi clímax se extienden por todas partes, cubriendo mi
mano y el volante.

Mi cabeza cae hacia atrás y cierro mis ojos,
preguntándome por qué no siento ninguna liberación de la tención que está rasgando mi alma.
Gimo cuando alcanzo los pañuelos y limpio el desastre que hice
Una vez que recupero el aliento, saco las llaves y salgo del
auto. Camino hasta su moto y corro mi dedo a lo largo del
metal rosa frío del marco, preguntándome si sus curvas son suaves

- Eres un enfermo. - Murmuro para mí mismo. -

El es demasiado joven para ti.
Pero en el fondo sé que su edad no me detendrá. Sé que
nada me detendrá.
Una oleada de adrenalina me invade cuando entro en mi
casa y huelo su dulce aroma. La casa está silenciosa y puedo
sentir los fuertes golpes de mi corazón latiendo en mis oídos.
En silencio me quito la chaqueta y los zapatos, y luego
camino en silencio por la casa, como un depredador al
acecho.

Mi boca saliva cuando la encuentro durmiendo en mi sofá.
El está acostado allí tan indefenso. Yo podría hacer lo que
Quisiera con el. Su vulnerabilidad hace que me duela la polla
El
depredador agresivo se desliza sobre su presa inconsciente y
está a punto de hundir sus colmillos mortales en su joven
cuerpo flexible...

El ni siquiera sabe que estoy en la habitación. Mi polla
palpita mientras lo miro.
Pongo una rodilla delante de el y me acerco lo más
posible sin tocarlo. Huele a algodón de azúcar y cielo. Me
pregunto si sabe tan dulce.
La única luz en la habitación es la sombra suave de la
lámpara en la esquina. No es suficiente. Quiero reflectores en el para ver cada grieta de su piel, cada célula en su
cuerpo. Pero por el momento eso es todo lo que se me ha
dado
El está respirando tan suavemente mientras duerme.
Cada respiración es un tesoro que quiero robar. Es un
calmante. Hipnotizante.
Arrastro mis ojos por toda su impecable piel, desde el
cabello rubio dorado que está sobre la almohada de mi sofá,
hasta los labios rojos cereza que parecen tan tentadores y
listos para ser succionados.
Su chaqueta está abierta y mis ojos vagan por sus
delicados brazos, admirando su piel impecable y sus
minúsculos vellos amarillos. Sus pezones se ven y están erectos me llaman para lamer y morder . Estiro la cabeza y miro hacia abajo para ver más, pero
no puedo ver mucho con la forma en que el tejido cae en su
pecho
Mis ojos continúan vagando hacia abajo, admirando sus
curvas y el modo en que sus jeans desteñidos abrazan sus
caderas esbeltas. Veo pequeñas marcas de pintura azul en su
bolsillo, probablemente de una pluma en sus jeans mientras su
mente vagaba, pero ¿Adónde? ¿En qué piensa? Quiero
saber cada pensamiento que pasa por su cabeza.

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