Si la esmeralda se opacará, si el oro perdiera su color, entonces acabaría nuestro amor.
Si el sano calentara, si la luna no existiera, entonces, no tendría sentido vivir en esta tierra como tampoco tendría sentido vivir sin mi vida, la mujer de mis...
Corría toda prisa hacia mi casa de biología. Quizás no hubiese tardado tanto haciendome el eyerliner ahora estaría en mi clase a una hora correcta. Pero a mí que diablos me importa. Cielo es mi eyerliner contra cualquiera, no puedo andar con algo tan preciado todo mal hecho por ahí. Antes muerta. Aunque no creo que mamá piense eso cuando repruebe el año en punto no sé cuál va a hacer su forma de torturarme pero, me vas a reñir espantosamente.
Iba medio pasillo con la mochila arrastrando y los libros de la mano. Cuándo estaba frente a la puerta toqué esta, rezando porque me dejen entrar sin líos.
–buenas noches Lee pase– ah encima graciosa la profesora mírala vos.
–igualmente.
Caminé hacia una mesa que estaba vacía y me senté. Lo único bueno de hoy es que ninguna tarada cara de chimpancé me va a molestar. Comencé a sacar las cosas de mi mochila cuando un sonoro golpe se escuchó y la puerta se abrió, dejando ver al tonto de la tienda con el uniforme escolar puesto y la mochila colgante de un hombro.
–Buenos días supongo que usted es el nuevo alumno si es así presentese porfavor–dijo la profesora.
–Hola mi nombre es jeon Jungkook.
Busco un lugar disponible con los ojos y su mirada cayó sobre mi. No no no no no no punto conmigo no por favor. Camino hacia mi mesa mientras los demás cotizaban y murmuraban punto dejó su mochila sobre la cinta a mi lado y se sentó.
–hola arguts–dije con una sonrisa queriendolo cabrear.
–qué mala suerte tú otra vez–dijo y rodeé los ojos.
–disculpa pero mi presencia trae buena suerte con solo verme–cruce mis brazos engreída si dices algo debes de creertelo hasta tú misma no?
–hagamos como que muy en el fondo te creo–finalizo y miro al frente.
(...)
Sonó el timbre despertándome asustada de mi lindo sueño en el cual nadaban millones de dólares. Algún día lo haré claro. miré a mis alrededores y casi todos ya habían desaparecido menos mi queridísimo y antipático compañero de banco. De la nada el grupito de chicos más guay de la prepa apareció, y se acercaron hasta mi compañero.
–ya vamos–dijo jimin y el nombrado alzó la cabeza.
–sí venga que se van a acabar todos los cupcakes–dijo taeyung y abrí mis ojos en grande.
Joder los benditos cupcakes con chocolate y crema de nuez. Empuje con fuerza la silla hacia atrás llamando la atención de todos. tomé la billetera sobre mi mesa y corría hacia la cafetería. Los cupcakes son sagrados y deliciosos si no llego a tiempo ya no habrán más y juro que me largo llorar.
Después de una larga pila pude comprar el último cupcake. Caminé admirando está con una sonrisa, caminé en busca de una mesa solitaria para sentarme y abrí el plástico transparente que cubría el cupcake. Acerqué a mis labios a este cuando siento alguien chocar contra mí haciendome tirar mi precioso y sabroso cupcake al piso enciándose todo.
Giré molesta sobre mi eje lista para insultar al simio bruto que se atrevió a tirar mi comida al piso punto gire y cara de arguts filch y los demás estaban frente a mí.
–oye arguts filch por qué carajos no tienes más cuidado –dije mirándolo retadora–que acaso eres ciego o qué.
–ah–desinteresado saca su móvil y lo empezó a ver.
–eh te estoy hablando sabías que ese era el último.
–discúlpalo– se acercó namjoon al ver el poco interés de su amigo– Jungkook –lo codeó.
–te puedo comprar lo que quieras como disculpa–dijo jimin sonriente.
–no está bien.
Jungkook alzó la cabeza con una ceja alzada y miró a jimin fijamente. Revisó en sus bolsillos y sacó un par de billetes del pantalón del uniforme.
–ten–me extendio seiscientos wons.
Toma el billete y lo guardé en el bolsillo trasero de mi jean azul. Sí toma el dinero. Me gasté lo poco que traje en un cupcake que estuve esperando toda una semana para que entonces un tonto sin cuidado venga y me lo tire.
–la próxima ten más cuidado kukencio–dije y los demás rieron.
–adiós petunia.
–adiós arguts.
Me di la vuelta escuchando la risa de todos atrás mío. Ahora que lo pienso¿Cómo es que jungkook conoce a todos ellos si apenas llegó hoy? Quién sabrá verdad. De todas formas no me interesa, bueno un poco si.
A lo lejos vi a hyuna y se seoyon acercarse a mi con su rímel todo grumoso y la cara llena de polvo blanco.
–oye seoyon soy yo o Hyori está más gorda hoy –se paró frente a mí y me miró despectiva.
–sí y dentro de poco el uniforme no le va a entrar–respondí la otra.
–se me hace o tú y tu amiguita cada vez están más huecas de la cabeza–mire a la perra seoyon y me miraron sorprendidas.
–ahora que lo pienso huecales queda corto eh–mire mi reloj– bien adiós, por cierto hyuna deberías pasarte el primero en la cara.
Yo no estaba a punto de explotar de la furia pasó de tener la cara blanca y llena de polvo a tener la torre roja parece el cul* de un mono. Me dan pena las dos se creen que no sé con sus comentarios de niñas de primaria van a afectar a alguien pobre tontas.
Las clases terminaron unas 3 horas después punto qué feo es estar todo el bendito día encerrado en esta preparatoria de quinta. Bien me atraparon. no es todo el día pero seis horas ahí es horrible.
Jungkook
Saluda a los chicos y que mañana si la salida punto por fin las clases terminaron, a lo lejos vi a Hyori si la pregunta es cómo me sé su nombre pero bueno e qué más puedo hacer yo si hay unas dos casi gritaban un poco más. Cuando le dijeron gorda pensé que no iba a decir nada pero me sorprendió que haya respondido.
En ese instante me quise reír por la cara de aquellas Dos huecas. Me acerqué hacia ella y tiré la correa de su mochila. Había conseguido un cupcake del que tiré hoy en la mañana después de que en ancón me haya reñido peor que mi madre en toda mi vida.
–kukencio que día..–no la dejé terminar.
Entendí El pequeño aperitivo y a esta le brillaron los ojos de la felicidad. Se ve graciosa.
–ahhhh–grito y tomo el cupcake saltando de la felicidad.
–ay creo que me rompiste los tímpanos–toque mi oreja.
–desde ahora eres mi amigo–sonrío mostrando los dientes. Y a está que no era que me odiaba.
-no no no–hable con una mueca.
–si si si si.
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