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Los días que le siguieron a ese fueron estupendamente grandiosos

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Los días que le siguieron a ese fueron estupendamente grandiosos.

Los mejores de mi vida, me atrevería a decir.

Minjeong había estado siendo tan dulce y atenta conmigo que temía que todo fuera un sueño y las fantasías se terminaran al abrir los ojos, pero siempre que ella me tomaba de la mano y me hablaba de aquella forma, sabía que todo era real.

Habíamos visitado su lugar favorito en el parque

algunas veces más, y yo estaba apunto de creer que no solo era el suyo, sino que también se estaba convirtiendo en el mío. Porque en ese lugar estaba empezando a crear nuevos y mejores recuerdos, dejando atrás todo ese dolor, angustia y sufrimiento del que se había embargado mi vida durante estos últimos años.

Las risas no faltaban, tampoco las sonrisas, las bromas y los abrazos inesperados de su parte, cosa que me hacía sentir que todo era y sería sempiterno.

Sin embargo, y pese a lo que yo creía, no todas las cosas buenas en la vida que creemos son maravillosas duran para siempre, y tarde o temprano te das cuenta de que por dentro entrañan algún mal, engaño o falencia, y te hacen más daño del que alguna vez pudiste imaginar.

Y eso, mis queridos lectores, fue lo que me sucedió a mí.

Esa tarde especialmente fría de agosto mamá me había vestido con un suéter cálido de mangas largas, unos jeans y unas botas; hice que me comprara algunas flores y las llevaba en la mano junto a una invitación de su parte para ir a cenar con nosotras.

Le había hablado tanto a mamá de ella, de lo especial que era conmigo y del como me hacía sentir, que estaba ansiosa por conocerla. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que cenando juntas?

MiMi y Bada estaban más inquietos que de costumbre, y se removían de una manera extraña cuando empezamos a acercarnos al estanque. No tenía idea de por qué, así que supuse que sería por el frío o la tormenta que se aproximaba, según dijo el hombre que se encargaba del clima en la televisión.

Solté sus correas, ya que había decidido acercarme a Minjeong por mi cuenta hoy, aunque obviamente necesitara la ayuda de mi bastón, quería darle una sorpresa con las flores, por lo que tomé la decisión de acercarme silenciosamente, colocando las flores en mi espalda y avanzando lentamente, me desvié un poco.

Salí de la senda peatonal, sabía muy bien que había un árbol justo al lado de la banca y me aferré a él para no tropezar.

Justo cuando sentí que mi bastón tocaba la parte trasera de la banca, escuché otra voz mucho más aguda que la de Minjeong, así que supe que no estaba sola.

─¿Y qué harás? ─escuché a la nueva voz.

─¿Qué haré sobre qué? ─preguntó Minjeong, y en cuanto escuché su voz, no pude evitar sonreír.

─Sobre, ya sabes, "ella".

¿Ella?, ¿Quién era "ella"?

Quise alejarme y volver a la senda peatonal para evitar quedar como una chismosa, no obstante, mi curiosidad fue mayor y me quedé en el mismo lugar, tan quieta como una estatua y tan sigilosa como un gato.

⠀𠃮ᰍ໋    : 𝗘𝗬𝗘𝗦 [  𝘞𝘪𝘯𝘳𝘪𝘯𝘢  ] ᴬᵈᵃᵖᵗᵃᵗⁱᵒⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora