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Prólogo

Prólogo

Un joven se retorcía en su cama.

La luz de la luna que se filtraba a través de la cortina de la ventana a la izquierda de su cama brillaba sobre él, iluminando su hermoso rostro, su cabello corto y negro despeinado, su cuerpo vestido con una camisa negra que ya no estaba cubierta por el edredón que se quitó durante la lucha, y el sudor brillante que cubría todo su cuerpo.

De repente, el joven saltó, sobresaltado, y se sentó jadeando, buscando aire.

“Ja… Ja… Ja… ¿Q-Qué fue eso? ¡Uuugh!”

Un dolor agudo asaltó de repente su mente, golpeándolo como una intensa migraña. Cerró los ojos y apretó los dientes, y se sujetó con fuerza los dos lados de la sien, tratando de soportar el dolor.

Pero el dolor desapareció repentinamente tan rápido como apareció, y una sensación cálida y relajante lo eliminó como si nunca hubiera existido.

“¿Q-Qué acaba de pasar…?”

Sus manos cayeron sobre su regazo. Estaba durmiendo en ese momento. Estaba teniendo un sueño que no podía recordar antes de que de repente lo despertara un intenso dolor en la cabeza.

Miró alrededor de su habitación, preguntándose si algo golpeó su cabeza mientras dormía, causándole ese intenso dolor.

Pero no encontró nada. Seguía siendo el dormitorio en el que había estado viviendo durante los últimos 11 años después de ser adoptado por su madrastra y entrar en la familia de ella y sus hijas gemelas. Todavía estaba en el estado en que lo dejó antes de irse a dormir.

Dejó escapar un suspiro y se giró hacia su escritorio en la parte superior de su cama para mirar su despertador.

“Son todavía las 4:00 am, ¿eh? ¿Hm?”

Con su habitación tenuemente iluminada por la luz de la luna, notó algo en su escritorio. Un objeto desconocido.

"Qué es eso…?"

Se levantó, lo recogió de su escritorio y volvió a sentarse en el borde de su cama, mirando el teléfono inteligente desconocido, pero extrañamente hermoso, en su mano.

Tenía un diseño elegante que nunca había visto antes. Su superficie era lisa, clara e inmaculada, lo suficiente para reflejar su rostro perfectamente como un espejo.

Le dio la vuelta y vio que en la parte superior derecha del rectángulo de esquinas redondeadas había cuatro lentes de cámara, dispuestas en forma de cuadrado. Mientras que en el lateral solo había dos botones largos y delgados para subir y bajar el volumen y un botón con un icono de candado. No había puerto de carga, conectores para auriculares ni altavoces.

Una expresión de confusión se dibujó en su rostro. Sin duda, era un teléfono con un aspecto genial, el más genial que había visto en su vida. Pero era… extraño. ¿Cómo podría siquiera cargarlo si no tenía puerto de carga?

Al inspeccionarlo más de cerca, se dio cuenta de que no había marca ni señales del número de fabricante o algo por el estilo.

“¿Qué demonios es este teléfono…? ¿Es un juguete…? ¿Yuna o Nina lo dejaron olvidado por accidente? ¿O podría ser mamá…?”

Lo miró fijamente por un momento, y justo cuando estaba deliberando si preguntarle a Yuna, Nina y su mamá sobre ello en la mañana, la pantalla de repente se encendió con una línea de mensaje y dos opciones mostradas en el fondo de pantalla azul cielo.

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"....¿Qué?"