Primero que nada Shirou no pensó que era tan fácil conquistar a las demonio ya que pensaba que podría tener nuevas relaciones y amistades en este nuevo mundo sin inclinarse en lo romántico.
- No puedes entender que te amo y no me importa tus relaciones con otras chicas yo solo quiero estar a tu lado, deseo que seas de clase alta para servir como tú demonio, no importa el tipo de tribulaciones que enfrentes yo... no quiero separarme de ti además de que deseo siempre poder apreciarte - Shirou no entendía como esta chica se había enamorado tan fácilmente, él solamente se la encontró mientras daba un paseo en la capital del inframundo, Lilith, había intentado negarse a la declaración de esta chica al igual que la otra que le encantaba visitarlo en la mansión Gremory aunque todavía no comprendía como la otra podía entrar tan fácilmente en la mansión Gremory.
- Entiendo que estás enamorada de mí pero sinceramente no te conozco lo suficiente como para sentirme realmente atraído hacia ti, aprecio tus sentimientos pero por ahora no estoy buscando pareja - Shirou se había encontrado con esta chica por casualidad, la chica despertó de un coma al igual que otra mujer de la que había escuchado, sinceramente no entendía como al despertarse de un coma una de las primeras cosas que hizo fue enamorarse, Shirou la había ayudado a superar su depresión por haber perdido casi 100 años de su vida pero esta persistente chica se enamoró del diablo reencarnado debido a su amabilidad, la chica medio demonio pensó que podría estar en la nobleza del diablo reencarnado ya que podía sentir instintivamente que era muy fuerte pero para su sorpresa aún no era un demonio de clase alta, ella podría no comprender muchas cosas de los demonios pero no desaprovecharía su oportunidad de estar con su nuevo enamorado quien la estuvo ayudando alrededor de 3 semanas hasta que finalmente pudo superar su depresión.
- Se que no me crees o no consideras mucho mis palabras pero déjame mostrarte que soy seria con mis palabras, déjame perseguirte, tu para mí eres mi utopía siempre distante, siempre te perseguiré incluso si no me amas, seguiré con esto hasta que pueda convencerte de mis palabras - habló la hermosa chica de ojos naranjas, la chica no desperdiciaría su oportunidad de perseguir su utopía, ella no era una chica indecisa, podía comprender que en realidad su cuerpo era más viejo y debería intentar encontrar un hombre de acuerdo a su edad pero los hombres que conoció no eran lo suficientemente buenos para ser su pareja, la mayoría o eran pervertidos o la buscaban por su poder escondido, Shirou se le acercó ya que la vio con dudas existenciales en ese parque mientras miraba con probablemente nostalgia a las familias además de ser solitaria y quería ayudarla ya que ayudar a alguien nunca estaría mal sin embargo esto ocasionó que la chica terminara por enamorarse de él, esto hizo que Shirou se diera cuenta de una debilidad fatal en los demonios, se podían enamorar con facilidad.
- Si lo dices así no tengo más opción que dejar que me sigas en el mundo humano... deberías de intentar enamorarte de otro sin embargo una parte humana de mí mismo está feliz de que me digas tales palabras, si existe algún problema en el futuro recuerda informármelo a mí o a mi rey, estamos dispuestos a ayudarte no solo por tu importancia en el inframundo sino por que nos preocupamos por ti - exclamó un sonrojado Shirou quien no sabía cómo sentirse por el hecho de que una chica lo persiguiera, aún tenía sentimientos persistentes por la heredera de los Tohsaka, su primer amor, pero estas chicas diabólicas habían hecho de que intentara seguir avanzando, sería casi imposible que regresara a su anterior mundo así que decidió seguir avanzando, si hubiera forma de regresar a su antiguo mundo no sabía qué decisión tomar ya que se estaba encariñando con la gente nueva que había conocido en este mundo además de que probablemente solo cause dolor si regresaba, quería regresar para poder despedirse de todos los que conocía pero no sería ingenuo y no tendría ilusiones imposibles.
- Aqui estabas Shirou y con esa descarada que quiere robar tu corazón, recuerda que yo me confesé primero, deberías de decirme que me dejaras acompañarte, no permitiré que ella nos separe - Habló una chica con coletas dobles con grandes rizos, la chica primero se había interesado en el nuevo sirviente de la prometida de su hermano y solo se sintió aún más interesada por él cuando cocinó para ella además de preocuparse por ella, primero fue un puro interés sincero que terminó por convertirse en su primer enamoramiento lo que terminó por convertirse en una pequeña obsesión al verlo entrenar, a la pequeña Ravel le encantó ver cómo se flexionaban los músculos del Emiya en el entrenamiento además de eso había que sumarle su constitución atlética que le encantaba a la pequeña Phoenix, le precia francamente sexy y aunque todavía no conocía sus capacidades a fondo ella sentía que una vez que las viera solamente se enamoraría aún más de lo que ya estaba, era por esta misma razón que debía luchar por ser la mujer más importante en su corazón, no le importaba compartirlo pero quería que Shirou se fijara en ella antes que en cualquier otra mujer aunque le entristecía darse cuenta que probablemente tengan que luchar en un futuro no muy lejano aún así no dudaría en demostrarle su afecto, le entristecía ya que no quería participar en una pelea total de gatas por su interés amoroso, su afecto era sincero y ella se preocupaba por él profundamente, Ravel sabía que muchas chicas se terminarían interesando en el Emiya por lo que debía ser rápida, concisa y contundente con su enfoque pero aún debería de hacerlo con moderación o simplemente podría espntarlo.
ESTÁS LEYENDO
La última esperanza de Dios y Rias
RandomRias para evitar su matrimonio busco soluciones encontrando una poco confiable, invocar a un ser de otro mundo, como Rias quería ver si esto la salvaría y lo termino intentando, esto ocasiona que un Shirou que estaba moriendo por sus heridas al luch...