- UNO -

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Por algún motivo, mi padre ha decidido que hoy hace una noche increíble para invitar a su queridísimo socio y amigo del alma Lee Aiden a cenar y celebrar de manera íntima su quinta nominación al premio de la mejor empresa consecutiva. Si, quinta, equivalente a los años que mi madre lleva muerta. El primer premio se lo dieron un día después de su muerte, en su funeral. Al principio mi padre lo rechazó y se negaba a usarlo como marketing y buena publicidad para su empresa, decía que se sentía mal haciéndolo... como si estuviese traicionando a mi madre. Cuando volvió a ganarlo por tercera vez, Aiden habló con el y le dijo que mi madre no hubiese estado más orgullosa de él y que a ella le hubiese gustado recoger esos premios, ¿Pero ese tipo arrogante trajeado que sabe de mi madre? de igual modo le funcionó a mi padre y en los restantes años hasta ahora no falta a ninguna gala de premios.


- Avana... ¿puedes recibir tú a Aiden?- La voz de mi padre es lo siguiente que suena cuando el timbre de la casa me hace temblar del asco que siento al saber de quien se trata.

- Está bien, pero te aseguro que esto te costará un tatuaje.- Le advierto con un tono cada vez más alto conforme me distancio a pasos ágiles de la oficina de mi padre.

- Ni lo sueñes...- Me suelta mi padre después de echarse una carcajada abrumadora como si acabase de contarle el chiste más gracioso del mundo.


Cuando llego a la entrada de mi gran casa, encuentro a Aiden hablando amablemente con Emilia mientras esta acoge su abrigo con sus brazos. Emilia suspira y se pone muy feliz cuando Aiden nos visita, incluso huele su abrigo cuando nadie mira, o bueno, cuando ella piensa que nadie la está mirando. No hay que ser expertos en el amor para darse cuanta de que Aiden despierta alguna que otra curiosidad a nuestra encargada de la casa y yo no lo entiendo.

Lee Aiden es surcoreano y tuvo que exiliar a Estados Unidos para poder triunfar como abogado. Al principio solo era un pobre estudiante de derecho de 20 años que trabajaba como un loco en la cafetería que hacía esquina con su departamento cochambroso en el centro de Nueva York, y con ''departamento cochambroso'' me refiero a un sótano que alquilaban una familia de franceses porque les sobraba y querían algo de dinero extra. Ahí donde lo veis, arrogante, sofisticado y con un toque de elegancia y suspicacia vestido de trajes muy caros, Lee Aiden era un pobre extranjero que lidiaba con un idioma que no comprendía en absoluto mientras estudiaba su tercer año de Derecho mientras trabajaba explotado en una cafetería de barrio. Mi padre fue su salvación. Pensaréis que sueno creída y que doy asco por colgarme de los triunfos de mi padre, pero es la cruda verdad y hasta él mismo lo reconoce.

Aiden ya estaba participando como abogado en algunos juicios de oyente u ofrecía sus servicios sin coste alguno solo para poder formarse mejor, sin ideas de lucro o algo parecido. En uno de esos juicios tuvo que participar contra mi padre, quien ya se estaba convirtiendo en uno de los abogados más temidos del país pero aun trabajaba para su antigua empresa. Nathan Mirren - mi padre - jamás había perdido un solo juicio, hasta que conoció a Lee Aiden. Al día siguiente todos los periódicos y medios de comunicación hablaban de él y poco a poco dejó de ser una sombra para convertirse en una luz. Nathan no tardó en ponerse en contacto con Aiden y poco después comprendieron que tenían muchas cosas en común, pero sobre todo, tenían los mismos planes de éxito. Así fue como Lee Aiden y Nathan Mirren le dieron un vuelco al mundo del Derecho convirtiéndose en los abogados más temidos y prestigiosos de Estados Unidos, llevando a su empresa a la mejor casi del mundo.

Pero... ¿qué tiene Lee Aiden para volver tan loca a mi asistenta?

Buena pregunta.

Lee Aiden tiene el pelo negro y corto aunque no tan corto como algunos hombres lo suelen llevar. Digamos que tiene el pelo suficiente para poder hacerse peinados, aunque siempre se haga el mismo peinado elegante parecido a los actores en los 90. Su cara era fina aunque presentaba una mandíbula que se podía apreciar y que estilizaba su rostro a la perfección, pero quiero preguntar algo a mi audiencia... ¿cómo os imagináis el aspecto de uno de los abogados más importantes del mundo? Os aseguro que la imagen de Lee Aiden no es la que se os viene en mente. Su semblante sería completamente elegante sino fuese por ese piercing en la ceja o por su aro plateado en su labio inferior o... quizás por su brazo completamente tatuado sin la excepción de su mano, bueno... casi se me olvida el detalle de las seis perforaciones que tiene en una sola oreja, en la otra solo tiene tres. Lee Aiden nunca fue elegante, Lee Aiden siempre fue una especie de mafioso sexy que te mata con la mirada o con la forma que tiene de hacer parecer cada pequeña acción como la más erótica de la historia... desde lavarse los dientes hasta arreglar una tubería. Eso es lo que tiene tan loca a Emilia.

Limerencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora