Capitulo 4

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Me giré al verla como se retiraba del restaurante

¿En serio se atrevió a tocar mi boca de esa manera?

–estúpida – tome un trago de whisky directo de la botella suspire cuando sentí el líquido en mi garganta – ¿quien carajo de cree?

Me retiré del restaurante, me importaba un culo si era la segunda al mando, ¿como se atrevía a tocarme sin mi permiso?

Subí a mi camioneta siguiendola, durante todo el camino por alguna razón me sentía tenso, simplemente tenía ganas de encararla por tocarme

Me detuve frente a una gran casa, fue ahí donde dejó su camioneta una vez la vi entrar a la propiedad me estacione al lado de donde estaba su auto, camine hasta la puerta

¿No había seguridad aquí?

Dudoso abrí y entre todo estaba, perfectamente organizado

Camine unos pasos y me detuve en lo que parecía la sala, escuche unos pasos y voltee al lugar proveniente de dicho ruido

Y ahí estaba bajando las escaleras, con el mismo vestido con el que ceno hace unos minutos, algo despeinada y descalza

– Vaya te dije que era bienvenido a ver mis negocios cuando quisieras, pero no esperaba que vinieras hoy mismo– se quedó parada en el último escalón– ¿por qué tanta curiosidad?

Empecé a caminar hacia ella tomándola del cuello por sorpresa, soltó un quejido al sentir el agarre

– Que sea la última vez que pones un dedo en mi boca – la acerque a mi apretando mi agarre – ¿quedó claro?

Intentaba soltarse de mi agarre – ¿sólo viniste a eso?– Soltó un quejido
De repente vi el arma que apuntaba a mi cabeza sostenida por ella – Bajame o te vuelo la cabeza

– Serena no te gustará matarme

– A Mikey no le gustará que la persona que lo expande muera, bajame ahora mismo

Mirándola mal la suelto, a lo que ella cae al suelo recuperando el aire

– ¿Hiciste todo eso por que te toque el labio? Estas demente

Quizás

La seguí mirando

Una vez se puso de pie apuntó de nuevo mi frente con el arma – dame una buena razón para no matarte

– si me matas te quitarán la cabeza– suspiré y puse mis manos en mis bolsillos– ¿Quieres comprobarlo? Eres una desconocida para el resto de Bonten

La convenció y bajo el arma

– no quiero matarte Rindou – tiro el arma al piso – pero odio que me amenacen

Arquee la ceja

– yo odio que me toquen sin permiso

Se cruzó de brazos y me miró fijamente

– ¿y como se obtiene tu permiso para tocarte?– puso su dedo pulgar en sus labios – Responde Rindou ¿Como hago?

Que lindos labios tiene, carnosos y de un tono carmesí

Tan rápido como llegaron esos pensamientos los aleje

Negue con la cabeza

– no me toques – hablé firme y salí de ahí

No se porque me molestó tanto su tacto

Subí al auto encendiendolo, largandome de ahí, solté el aire que no sabía que estaba reteniendo relajándome en el asiento

NUESTRO MUNDO- Rindou Haitani Donde viven las historias. Descúbrelo ahora