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— Cierra los ojos.

— Honnie~ ¿Qué es lo que tramas?

— Solo confía en mi y ciérralos, ¿si?

Al cerrar los ojos solo se puede apreciar obscuridad, somos tan afortunados de tener la oportunidad de cambiar nuestra realidad en un abrir y cerrar de ojos, ¿No es así?

Lastima que algunos somos ciegos.

— Puedes abrirlos. — añadió MinHo con una sonrisa tímida.

Al abrir los ojos JiSung se percato del ramo de rosas que su novio sostenía entre sus manos esperando ser recibido.

—H-honnie... esto es mucho...

Y en realidad no mentía del todo.

MinHo tenía en sus manos un ramo de nada más y nada menos que 100
rosas, aquello le fue recomendado por los empleados de la floristería, quienes explicaron que el significado del detalle  denotaba lo perdidamente enamorado que se encontraba quien las obsequiara y obviamente Lee MinHo se encontraba perdidamente enamorado del joven con apellido Han, así que acepto de inmediato.

— ¿Qué pasá?... ¿No te gustan? — soltó un poco cabizbajo dudando de su elección, más no se iba a rendir — Las rosas rojas representan la manera tan apasionada en la que me entrego de nueva cuenta a ti y el profundo amor que siento, por eso es que solo una o pocas no eran suficientes... al menos no para mi... — explico de manera algo torpe tratando de no flaquear, su cara se sentía tan caliente que quería salir corriendo de allí.

— Honnie~ claro que me gustan, ¡me encantan! Gracias por el detalle Honnie, nunca lo voy a olvidar. — decía el joven pelinegro entre risitas tomando las rosas con sumo cuidado colocándolas en un lugar seguro.

— Todo lo que venga de ti, para mi es lo más valioso que tenga Honnie, siempre será así.

El pelinegro tenía entre sus manos el rostro del contrario dándole la seguridad y el soporte que este necesitaba.

Sí bien, MinHo no era del todo seguro, su personalidad tímida tendía a hacerle flaquear incontables veces más sí de algo estaba completamente seguro, sería que Han JiSung siempre estaría allí para él.

No sé imaginan todo aquello que JiSung le proporcionaba.

A Jisung le encantaba brindarle cariño y seguridad a su novio, buscaba que este dejara de esconderse para que todos se dieran cuenta de lo valioso que era y todo aquello que se estaban perdiendo por no darle una oportunidad y vaya que había dado frutos.

La seguridad de JiSung hacía que MinHo pudiese descubrirse a sí mismo y por ende reconociera qué estaba perdidamente enamorado de todo aquello que se le era ofrecido.

— Gracias Honnie~  - añadió el más bajito dejando un casto beso en los labios del más alto como agradecimiento.

La dulce pareja se encontraba bajo la atenta mirada de un tercero, aquél que sonreía tan nostálgicamente desde la distancia esperando pacientemente.

— Debo de irme Honnie, ¿nos vemos más tarde?

— Seguro Sung.

Deberían ver sus caras, aquellos dos quedaron embelesados el uno con el otro como era costumbre y fue así como JiSung se despidió de su novio abrazándolo con todas sus fuerzas soltando risitas por tal emoción tomando su ramo delicadamente para dejar el lugar.

— ¿Y bien?

— Es muy lindo... demasiado lindo no puedo con ello - respondió ensoñado escondiendo su rostro en el ramo tratando de contener toda esa emoción.

— Lo amo demasiado.

— Si, lo sé, lo sé Hannie, ¿vamos? O aún ¿el señorito necesita estar en las nubes? — revolvió su cabello soltando leves risitas.

— Basta... ¡no lo entenderías, tonto! - río tratando de escapar de ser despeinado sacandole la lengua en forma de protesta siendo seguido por el joven de sonrisa melancólica.

JiSung de nueva cuenta no se equivocaba.

Claro que no lo entendería.

No entendería por que su pecho se oprimia y dolia al punto de perder la respiración.

No entendía porque debería de  sentirse así.


°× The end of the roses ×°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora