4- Yuika y su chorro de ira: ¡rompiendo la máquina expendedora!

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La joven de cabello celeste, largo y liso, caminaba a través de los pasillos con su navaja en mano, meditando en las consecuencias de haber salvado al primer amor de la protagonista.

Lo más preocupante era: ¿seguiría la protagonista interesándose en los protagonistas masculinos? ¿Sí o no?

No lo sabía. Según la información que había recibido recientemente, Rina, la protagonista, nunca había podido olvidar a Riku, su primer amor. Siempre lo recordaba. Incluso la misteriosa informante le mencionó que, en un capítulo narrado por la propia Rina, ella había dicho que, si tuviera la oportunidad de revivir a Riku, lo haría sin pensarlo dos veces y daría todo por él.

A estas alturas, era evidente que Rina amó a Riku mucho más que a los protagonistas masculinos. Tanto así que, incluso después de su muerte, ella lo recordó y nunca dejó de amarlo hasta el final de sus días.

Por lo tanto, si él nunca hubiera muerto, Rina jamás habría mirado ni por un segundo a los  protagonistas masculinos. Ni siquiera les habría dado una oportunidad, porque habría seguido enamorada de Riku Yoshida hasta su último suspiro.

Y ahora que Riku Yoshida seguía vivo y no había muerto como en la novela, lo más probable era que los futuros intereses amorosos de Rina lo consideraran una amenaza y trataran de matarlo.

Sus pensamientos y preocupaciones se desvanecieron al darse cuenta de que estaba llegando a un salón. Era el tercer salón que revisaba ese día. Al acercarse, lo primero que notó fue un charco de agua que cubría toda la entrada y se extendía hacia el interior del salón.

Ella se acercó lentamente al salón. Dentro, había aún más agua en el piso, pero eso no se comparaba con la perturbadora escena que presenció: un profesor estaba comiéndose a una profesora.

Y no en el sentido que ella hubiera preferido, o al menos en el sentido que no se viera terrorífico.

El profesor se estaba devorando a la profesora, en el sentido literal. Era un zombi que estaba comiendo las tripas del cadáver de la docente, a quien le faltaba un brazo , ambos ojos, y con el estómago completamente abierto.

El zombie pareció notar su presencia, pues la miró y rápidamente se abalanzó sobre ella. Aunque Yuika estaba preparada para una situación así, esta vez la velocidad con la que el zombie la atacó la tomó por sorpresa, ya que era más rápido que los anteriores con los que se había encontrado.

El zombie la derribó al suelo, aplastándola con su peso mientras intentaba morderle el rostro. En la caída, Yuika perdió agarre de su navaja, que se le escapó de la mano.

Yuika gruñó frustrada al sentir la piel fría del cadáver aplastándola, con sus dientes amarillentos a escasos centímetros de su cuello. Con un movimiento rápido, apoyó la mano en la frente del zombie y empujó con todas sus fuerzas, desesperada por mantenerlo alejado y evitar que la mordiera.

—¡Maldición! —gruñó mientras sus manos temblaban por el esfuerzo. El zombie era más fuerte de lo que había imaginado.

De alguna manera, logró empujarlo y tumbarlo al suelo, lo que le dio el tiempo suficiente para volver a agarrar su navaja, que estaba a su lado. En ese momento, el zombie se había levantado y la atacó por segunda vez, pero Yuika ya estaba preparada. Esta vez, ella fue quien lo derribó, quedando encima de él.

Sin embargo, el zombie era increíblemente fuerte y se retorcía bajo su peso, luchando por liberarse. Abrió su mandíbula grotesca e intentó morderla nuevamente, sacudiendo la cabeza con violencia en busca de cualquier parte de su cuerpo que pudiera alcanzar.

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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