Retroceso a la soledad

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El mes de marzo representaba tantas cosas para la comunidad japonesa, desde la nueva vida, hasta la llegada de la primavera. Para muchas personas esto era el inicio de algo diferente aunque para otras solo era una temporada más. En esta época todos los niveles escolares en Japón sufrían y celebraban pues los grados menores no tenían tanta presión como lo era el sector universitario, estos jóvenes se llenaban de agobio por su futuro, todo iba desde la primicia de si habían hecho una buena elección o si sería el declive a su vida profesional, pero en la vida de Kyojuro esto era incierto, lo único que deseaba era demostrar que podía con la presión y más. Desde que estaba en la escuela medio superior pensaba en que carrera sería la adecuada para él, las opciones variaban, la primera de ellas fue la arquitectura aunque después de pensarlo demasiado esto no era lo suyo, la creatividad para modelar planos sobre estructuras no era una de sus cualidades, también tuvo en mente la medicina, pero en medio proceso se intereso por el mundo de las computadoras desde que su padre le regalo una con el propósito de mantenerlo ocupado en sus quince años, así que con  la motivación suficiente inicio la búsqueda de un sinfín de carreras.

"Pfff, una ingeniería en sistemas no será difícil"

Eran las palabras más recurrentes del rubio cada que alguien le preguntaba sobre su futuro, pues pese a todo lo ocurrido él era alguien brillante y debía mantener la promesa a su madre de que tendría éxito en la vida.

Días, noches e incluso madrugadas había estudiado para el examen de admisión, no iba a mentir, cuando llego al salón asignado para hacer su examen sintió bastante temor, pero la idea de aprobar y saber que el esfuerzo había rendido frutos le daba la motivación suficiente para salir victorioso de ahí. La espera fue larga y los problemas aumentaron, en medio de su proceso de inscripción tuvo múltiples discusiones con su padre que al final dieron como resultado la idea de seguir sus vidas pero lejos del otro. Rengoku no tuvo otra más que buscar un empleo de medio tiempo en un restaurante como mesero para pagar una renta e irse al carajo.

El lugar donde había escogido alquilar era una zona completamente urbana con arquitectura brutalista. Las paredes grisáceas y despintadas le recordaban tanto al hogar que compartía con su madre. Por si no era poco los estrechos callejones entre departamentos estaban repletos de ratas y estás a la larga hacían un desastre con la basura. (Aunque no se les juzgaba pues estaban buscando sobrevivir como la gente que rentaba ahí) Estaba consciente de que la zona era una porquería, pero era mil veces mejor que vivir con el fracasado de su padre.

Al recibir su porcentaje no quedó impresionado. Un resultado de 189 sobre 200 en matemáticas y 193 en ciencias. Ingreso su solicitud a la universidad de Kyoto la cual era una de las mejores en ingenierías, realmente había llegado a una conclusión, podía entrar en cualquier lugar que quisiera por su gran inteligencia, pero como todo siempre hay algo malo y en esta situación lo era su gran obsesión por el alcohol. A veces llegaba tarde a su trabajo por el inmenso malestar en su interior, en otras ocasiones simplemente no se presentaba, él sabía que no podía seguir así pues sus superiores estaban a nada de correrlo, aunque de solo pensar en la amargura que brindaba el lúpulo de la cerveza era como la gloria. Al menos así lo pensó hasta una mañana darse cuenta de que no se había presentado a su primer día de clase.

"Mierda, la puta resaca me va a matar"

Sabía que no podía postergar más sus estudios. El segundo día de clase se había levantado temprano e hizo su mayor esfuerzo por esfumar la esencia impregnada que tenía del alcohol. Tomó un baño y lavo su boca por lo menos tres veces. Peinó su larga melena amarillenta e intentó de todo para no parecer un vagabundo en potencia, pero su armario no contribuía en nada pues toda la ropa que tenía o estaba desgastada o tenía alguno que otro agujero por ahí. De igual manera solo iría a estudiar, no a un jodido certamen de belleza, así que con su ropa más presentable decidió dar inicio a una hora y media de caminata hasta la universidad. 

Adicción al Neón (RENGOKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora