Parte 2

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Una mujer, acariciando su vientre, susurra sus palabras en voz baja.
Lo que lleva en su vientre es una piedra mágica.
Una horrible piedra mágica con forma humana.
La mujer, con una dulce fragancia que la rodea, sonríe.
Es repulsivo. Me dan náuseas. Una sensación de asco surge desde lo más profundo de mi estómago.

"Sin inclinación hacia ningún atributo, de todos los atributos──"

"Será una piedra mágica muy útil──"

"Si tuviera un poco más de poder mágico──"

Las voces susurrantes resonaban en mi cabeza.

──Yo, ...

"Tú existes para convertirte en una piedra mágica──"

──Yo... me convertiré en una piedra mágica...

"...Quinta, ¿puedes oírme?"

De repente, alguien me llamó por mi nombre, haciendo que mis hombros se estremecieran. La escena frente a mí y mi conciencia se separaron.

...¿Es esta otra vez una de mis pesadillas habituales?

Mi respiración se cortó por los latidos rápidos de mi corazón.
En un estado entre el sueño y la vigilia, sentí varias presencias que no eran humanas. Un sentimiento similar al miedo me invadió, y aunque estaba en un sueño, me arrodillé ante esas presencias.

"Quinta, hemos decidido dejarte a cargo de Myne dentro de diez años."
"Consiente a esa niña hasta la sexta campana y sana su corazón. ¡Y reflexiona sobre tus propios actos!"

"¡Mestionora! ¡No interrumpas en medio de la conversación!"
"¡Pero es culpa de Quinta!"

Las voces estruendosas continuaron por un momento, y luego, de manera unilateral, dijeron: "De cualquier manera, te encomendamos a nuestra amada hija". Con eso, las presencias desaparecieron.

Cuando desperté, aún aturdido, lo primero que vi fue el dosel habitual.
Una fuerte jaqueca me invadió al recordar los fragmentos sin sentido de aquel sueño. Cerré los ojos e intenté recordar, pero los recuerdos se desvanecieron como arena entre mis dedos.

...Tenía la sensación de que tenía algo que ver con Rozemyne, pero──

Con una vaga sensación de inquietud, me dirigí al despacho de la Suma obispa como siempre.

Después de la ceremonia de bautismo de otoño, el templo comenzó a prepararse para el festival de la cosecha y todo se volvió progresivamente más agitado.

Rozemyne aún no había despertado de su sueño en el Jureve, y su poder mágico continuaba disolviéndose lentamente en su interior. Era sorprendente cuánto había almacenado. Por el tamaño y número de los fragmentos de poder mágico restantes, parecía que aún le quedaban más de seis meses antes de despertar. Ojalá hubiera algún cambio, pensé, cuando abrí la puerta de la sala secreta y sentí la presencia de alguien en la habitación.
Era un gran poder mágico, apenas perceptible para mí. Sin embargo, no parecía haber ninguna anomalía y, de alguna manera, esa energía se sentía familiar...

...¿Es porque el color de el maná es similar?

Instintivamente saqué mi bastón y, con precaución, entré en la sala secreta.
Miré alrededor, pero no había cambios en la caja del Jureve donde Rozemyne dormía.
Sin embargo, más allá de eso, me sorprendió ver un diván que no reconocía, y sobre él, una mujer desconocida dormía.
Aunque la situación requería estar alerta, no sentía ninguna sensación de peligro.

...¿Por qué?

Mi corazón latía con fuerza, y una sensación de inquietud subía por mi espalda.
¿Qué era este sentimiento?

Un viaje hacia tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora