Parte 6

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◆ ◆ ◆

Al mismo tiempo que comenzaron a sonar la sexta campana, una luz de bendición empezó a danzar alrededor de Rozemyne.

"Myne, es hora."

Con una voz que descendió de la nada, la figura de Rozemyne comenzó a desvanecerse.

"¿Eh? ¡¿Diosa?! ¡Esto es demasiado exacto, ni siquiera hay tiempo para saborear el momento! ¡Ah, ya basta! ¡Señor Ferdinand! ¡No lo olvide, usted es mi Geduldh!"

"¡Ro-Rozemyne!"

La luz llenó la habitación, y al instante siguiente, todo quedó en silencio como si nada hubiera pasado. Solo la caja del Jureve donde dormía Rozemyne emitía un leve resplandor azul. Me acerqué tambaleante a la caja y la miré, pero no había ningún cambio en la Rozemyne que dormía en su interior.

Casi parecía que todo había sido un sueño.

"Entonces, por favor, piénsalo", había dicho Rozemyne.

Ahora sé qué es lo que me hace feliz. Es estar contigo. Si tú estás a mi lado, con eso basta para mí...

Me dejé caer al suelo con las piernas débiles, apoyándome contra la caja del Jureve. Deslicé una mano dentro de la caja y acaricié la mejilla de la dormida Rozemyne. Esa mejilla suave y regordeta es diferente a la de Rozemyne dentro de diez años. Aquella forma de no renunciar a su hijo incluso cuando todo era difícil me recuerda a tus padres, quienes arriesgaron todo por protegerte...

"...Despierta pronto."

Cuando despiertes, te contaré esta historia. Tú...

   ◆ ◆ ◆

Casi ha pasado una campanada desde que me informaron que Rozemyne había desaparecido de la cama entre un estallido de luz. Dada la situación, pensé que seguramente sería un asunto divino, pero la ansiedad y la frustración seguían acumulándose en mí.

Mientras consideraba si dirigirme ya hacia la Academia Real, de repente, los recuerdos del pasado volvieron a mí.

¿Por qué... por qué había podido olvidar estos recuerdos hasta ahora?

Aunque me confundían los sentimientos tan jóvenes que una vez tuve, en este momento, me di cuenta de lo lamentable que era mi comportamiento actual y de cuánto había herido a Rozemyne.

Debo verla pronto. ¿Cómo no pude darme cuenta de lo preocupada que estaba por mí, de su ansiedad? Siempre creí que los dioses no hacían más que tonterías, pero esta vez no tengo más opción que agradecerles.

Me dirigí rápidamente hacia la habitación. Entonces, llegó un mensaje de Ordonnanz informándome que Rozemyne había reaparecido entre luces.

El alivio llenó mi pecho. Tengo que ir a tu lado cuanto antes. Hay algo que debo decirte...

   ◇ ◇ ◇

El sonido de la puerta abriéndose me despertó.

Sentí débilmente la presencia de Ferdinand, flotando suavemente.

¿Eh? ¿Lo de hace un momento fue un sueño? ¿Un sueño que la diosa me mostró?

Unos pasos, más rápidos de lo habitual, se acercaban poco a poco a la cama.

Una mano fría y firme envolvió la mía con cuidado.

Abrí los ojos lentamente y allí estabas, llamándome desde mi cabecera.

"Rozemyne, mi felicidad es estar contigo.
...Eres mi Geduldh. Bienvenida de vuelta, Rozemyne."

Al ver tu rostro, que parecía al borde de las lágrimas, te sonreí.

FIN

Un viaje hacia tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora