La lista

El primer día de instituto

Me levanté de la cama con fastidio. ¿Por qué existen los lunes? ¿Por qué?

Deja de quejarte y levantate, estúpida.

Empecé a oír a mi hermana gritar que me levantase.
-¡Qué ya voy, Kelsey! -le respondí de mala gana.
Era como todas las mañanas, ya estaba acostumbrada a que en mi casa hubiese gritos por parte de todo el mundo.
Me levanté y me fui directa al baño. Me di una ducha y después fui a vestirme a mi habitación.

Por favor, Emma, vete de compras de una vez. Esta ropa esta echa un completo desastre.

Cogí lo primero que ví. Oh, vamos. A quien voy a mentir. Tengo la ropa que voy a llevar estudiada desde hace semanas.
¿Que por qué? Simplemente porque hoy es el primer día de instituto, y supongo que tendré que poner, o intentarlo, mi lista en plan.

Veamos... Saca tu lista de la lista de cosas que tienes que llevar en tu mochila.

Si, soy una obsesionada con las listas, no es un secreto.
Cuando lo tenía todo bajé a la cocina a por el desayuno. Pero no un desayuno normal. MI desayuno. Tortitas con nutella, acompañadas de un buen batido de chocolate. ¿Por qué? Porque amo el chocolate.

Emma, deja de comer de una vez.

Cuando acabe mi rico desayuno, salí de casa, no sin antes despedirme de mi hermana.
-Adiós, estúpida. Que tengas un día horrible y que te cage una gaviota en tu camiseta favorita. -le dije con la sonrisa más falsa del mundo.
-Adiós, querida hermana. Que te pongan un examen sorpresa de los temas del curso pasado y que te quedes sin comida en la cafetería. -me devolvió la sonrisa. Me reí.
-Te quiero.
-Yo también te quiero, imbécil.
Cuando estaba caminando hacia el instituto, me encontré con Sophia.
Sophia era una chica súper tímida, completamente contraria a su hermana gemela Darcy.
-¡Hey, hola! -dije con voz de retrasada.

Nota mental 1: No digas hey.
Nota metal 2: Intenta no parecer mas retrasada de lo que eres.
Nota mental 3: No hagas notas mentales que luego no vas a cumplir.

-Hola... -me respondió tímidamente, y vi como sus mejillas se empezaban a poner rojas.
Oí a alguien correr por detrás nuestro.
-¡OYE! ¡HEY, OYE! -me giré para ver quien gritaba de esa manera.- ¡ESPERARME! -como no, Darcy. -¡Sophia! ¡Te llevo gritando que me esperes desde hace 10 minutos! -Sophia se hizo la tonta, cosa que me hizo reír. -Tenía que retocar mi maquillaje, a mí no me culpéis. -dijo levantando las manos de manera divertida.
-Hola, Darcy. -le dije amistosamente.
-¿Que hay, Emma? -me respondió igual.
Darcy es una chica bastante popular, la verdad, pero eso no hace que me lleve mal con ella, porque supongo que es de las únicas chicas populares que no tienen el ego subido. Esta saliendo con el chico más popular del colegio, Jake Adams. Y su mejor amigo es Ryan Waldrof. Como no.
Cuando estábamos llegando a el instituto me choqué con un chico, ¿y a que no adivinais con que chico? Si, con Ryan. Como un maldito cliché.
Se me cayó todo de la mochila, pero yo solo estaba preocupada por una cosa. La lista. La maldita y estúpida lista en la que estaba escrita su nombre y también el nombre de algún chico más del instituto que me gustaba. Solo me importaba eso.
Como no, me caí al suelo de culo, y el se agachó para ayudarme, quedándose a una distancia muy corta de mi cara. Sentía como empezaba a sentir calor, y me subía todo a las mejillas. Su aliento chocó con mi cara.

¿Por qué olía a menta?

-Y-yo... Yo... -empecé a tartamudear.

Oh vamos Emma, sabemos que eres tú, demuéstrale que sabes hablar, estúpida.

-Yo...l-lo siento...yo no... -sonrió con sus dientes completamente blancos.
-Tu...eres Emma Collins, ¿no?
-Y-yo... -asentí con la cabeza, y me quedé embobada con sus ojos.
-Esto... ¿te vas a levantar? Se me está durmiendo la mano. -dijo riendo.
-Eh... ¡SI! ¡VOY! -dije gritando.

¿Por qué gritas? ¿POR QUÉ GRITAS? Me estan dando ganas de pegarme un puñetazo, en serio.

-Tranquila, fiera. -se empezó a reír, y yo me levante sin su ayuda. No quería hacer más el ridículo, aunque lo único que quería era tener contacto físico con él.
Recogí mis cosas como pude y me fui corriendo a clase de Matemáticas.

Oficialmente, este ha sido uno de los días mas vergonzosos de tu vida, Emma Collins.