Parte 34

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Bell estaba en una mesa en la esquina de un bar poco concurrido, usaba una capucha por las dudas, aun con la poca gente que vio su cara habia menos gente albina, lo peor sin duda es el hecho de que su pelo no es grisaceo, es completamente blanco y bastante puro, aunque estaba algo sucio ahora, ya no parecia tan blanco pero Bell no se arriesgaria, tenia un juramento que cumplir

Cierto Dios rubio se sento en una silla frente a el, era Hermes -Bueno, chico, he encontrado algo de informacion sobre ella bastante interesante- Evito decir el nombre del cazador

-Eso seria?- pregunto sospechando que lo "Interesante" era algo turbio

-Aparentemente planean sacrificarla con una Piedra de la Muerte, seguro no sepas sobre eso asi que te dare un resumen rapido, los Renards tienen magias especiales y poderosas, el proposito de la piedra es obtener al poder aunque matando al Renard en el proceso- Explico entre susurros

-Ya veo, una practica asquerosa- Bell penso en la probabilidad que cosas como esa pasen en Yharnam, sus calculos eran del 100%

-No por nada es ilegal. Ahora, no podemos denunciar a la familia Ishtar al gremio, tienen una historia de fondo bastante mala y el gremio no se mete con ellos- Explico

-Que tal la familia Ganesha?- Sugirio aunque ya se imaginaba la razon de que eto vaya a ser rechazado

-Tu eres un problema, y yo no puedo por que debo mantener mi estatus de dios neutral, tambien el como obtuvimos la informacion es una cuestion. En resumen, estamos solos- Hermes queria ser lo mas precavido posible

-Supongo, aunque tengo la direccion en la que se encuentra- admitio

Hermes se sorprendio gratamente -Eres una caja de sorpresas eh?- 

Bell le dio un papel con la direccion -Mi familia tiene que obtenerla de alguna manera- dijo antes de pararse

-Espera! El pago- Hermes lo detuvo

-Tienes razon, te dare el resto cuando este terminado- Bell le dio una bolsa con 10 monedas de oro y se retiro

-Y ahora que hago?- Se pregunto Hermes ante el dificil desafio. Bell, al parecer, tendia a dar tareas especificas y complejas como si de buscar un libro a la biblioteca se tratara. Su sentido comun se deteroria en cuanto a confianza se trata

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Bell volvia a esta en esa torre abandonada, sentado contra la pared y mirando al techo, solo pudo suspirar

-Ni tu sabes que haces no?- La alegre familiar voz de una niña ya fallecida resono por la habitacion

Bell miro ansiosamente a sus lados, todo su cuerpo temblaba y sentia una fria sensacion en su frente

-Que niño mas necio de hecho- Una voz madura y con cierto tono de altidez. La voz de un dedicado ejecutor

Bell se paro mirando a su alrededor, las voces empezaron a reir cuando una tercera voz se les unio

-Su actitud estolida lo delata- la voz de una segunda niña, era la que quedo sola

Las risas estaban quemando sus oidos mientras su respiracion se aceleraba

-Este cazador es un monstruo en la piel de un hombre, condenado a arrastrar su propia ignominia- La altiba voz de una reina lo condeno

Su corazon iba a mil mientras se agarraba la cabeza, las criticas, las risas, las burlas, todas lo estaban volviendo loco. Por mas que se tepara los oidos las risas seguirian haciendo mufa de el, por mas que grite las criticas sofocarian los lamentosos gritos. Por mas que se disculpe y pidiera clemencia las voces no se detendrian. Por mas que se lavara las manos siempre veria sangre en ellas

DANMACHI:Lunae LumenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora