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Finalmente el matrimonio se encontraba en Miami, siendo recibidos en casa por la pequeña Ale, Lauren y Nana.

- Te extrañe mucho mi amor

Decía la morena abrazando efusivamente a su hija

- Yo tambien mami

- Y a mi ¿nadie me ha extrañado?

Ese fue el castaño haciendo una cara triste llamando la atención de la pequeña

- Yo tambien te extrañé papá

La niña estiró sus brazos hacia su padre que acercándose las abrazo a las dos logrando un triple abrazo bajo la mirada de la ojiverde y de Nana que miraba encantada la escena.

- Bien, ya tienes que estar en la cama ale, sube que ahí voy - le dijo la morena a su hija mientras la bajaba de sus brazos

- Está bien, ¡Buenas noches a todos!

Todos se despidieron de la pequeña mirando como se iva rápidamente hacia las escaleras para dirigirse hacia su habitación.

- Nana gracias por todo, puedes ir a descansar - dijo el castaño mientras sacaba de su bolsillo un encendedor

- Hasta mañana señor, niña Camila buenas noches

- Muchas gracias Nana, hasta mañana

- Jauregui necesito hablar contigo un momento, te espero en mi despacho

- Si señor.

La morena frunció el ceño, no sabía porque quería su esposo hablar con Lauren, aún asi ya se encargaría de preguntarle.

- Bueno, iré a ver a mi ratona, gracias por todo Lauren, buenas noches.

- Descuide señora, buenas noches

La morena al escuchar el "señora" sonrió negando con la cabeza mientras se dirigía hacia las escaleras, ambas se miraban, la ojiverde se sonrojó y no quitó la vista hasta que la morena se perdiera en el camino.

****

- Toma asiento Lauren.

Shawn se encontraba en su despacho sentado fumando un cigarrillo, sacó uno y le invitó a la ojiverde la cual negó respetuosamente.

El despacho era un lugar amplio, con una pequeña biblioteca, archivos, planos.

Había una mesa redonda de madera con unas cinco sillas del mismo material, una alfombra y un bar donde el castaño tenía sus reuniones con algunos clientes.

Era muy celoso con su espacio, nadie entraba ahí, salvo en algunas ocaciones entraba la morena mandada por él, ella sabía que era su espacio y lo respetaba.
Solo la encargada de limpieza lo hacia cada tres veces a la semana, después de eso nadie más entraba.

- ¿No fumas?

- Lo hacía en mi etapa de adolescente, ahora no

- Mmmm, entiendo

- Bien, seré directo Jauregui, sé que estás enseñando a mi hija a jugar fútbol, lo aprecio enserio pero a partir de mañana van a empezar las clases de ajedrez y sólo quiero que mi hija se dedique a la natación y al ajedrez ¿De acuerdo?

- Señor pero Ale se ha estado preparando muchísimo y la otra semana es la final del torneo escolar, ella adora ese deporte

- Lo sé y es por eso que quiero que hables con ella y la animes a que lo deje y se concentre solo en la natación  y el ajedrez

- No creo poder lograrlo pero trataré de hablar con ella

- Gracias Jauregui.

La ojiverde asintió y se retiró del despacho para dirigirse a su habitación, se dió una ducha y se durmió profundamente.

Linger (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora