𝐂𝐀𝐏 𝐔𝐍𝐎: 𝐀𝐒𝐇𝐋𝐄𝐘

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I feel it burning through my veins, it's driving me insane

The fever is rising, I'm going under

Memories flash before my eyes, I'm losing time

The poison is killing me, taking over

«No pienso morir hoy»

Esas son las primeras palabras que cruzan mí cabeza al despertar, y siguen repitiéndose mientras transcurre la mañana.

El Día de Reclutamiento es el más mortífero. Siempre lo fue. Está hecho para deshacerse de los débiles, y así no ser un lastre para el cuadrante.

«Pero yo no soy débil»

Tengo el miedo infiltrado en mí sistema, forzando mis músculos, dentro de mis huesos y circulando por mí sangre. Pero eso no me va a detener. Viví cinco años con este miedo, el miedo de fracasar y no poder vengarme, el miedo de echar a perder mí plan, el miedo de ser descubierta. El miedo a mí padre. Sin embargo, viví también esos cinco años entrenando, derramando sudor y lágrimas para llegar aquí, a la entrada de la habitación de Adriel Gail.

Toco la puerta.

—Pasa—murmura el, desde el otro lado de la puerta.

Entro, aún terminando de sujetar fuertemente mis trenzas en forma de corona.

—Deberías cortarte el pelo, Ash. En combate podría ser una terrible desventaja. Rodeo los ojos.

—Hola a ti también.

Nunca me cortaría el pelo. Sí, sé que es excesivo tenerlo hasta por debajo del trasero, pero mí pelo es lo más preciado que tengo. Y no entrené cinco años para dejar que alguien se aproveche fácilmente de mí pelo, ¿no?

—¿De dónde sacaste esa bestialidad de armadura, eh? —observó Adri, fascinado.

Mira Sorrengail fabricó una para su hermana con las escamas caídas de su dragón y la noticia no tardó en llegarme, asique le pedí que me haga una armadura igual con las escamas de Codagh, el dragón de mí padre. Accedió a cambio de que le diese más escamas de este, y me pareció un trato justo.

—Tengo mis contactos—contesté, observando cómo se ataba los cordones de sus botas negras. Solo llevaba las dagas, que estaban posicionadas estratégicamente en su vestimenta negra, pero por el rabillo del ojo vislumbré el brillo afilado de su espada favorita—. Te traje uno igual, pero de tu talla—musité, tendiéndole la bolsa de cuero negro. Sonrió, socarrón.

—¿Ashley Melgren regalándome algo? ¿En serio? —rio burlándose de mí.

—Con un gracias bastaba—me quejé.

Sin molestarse en responder, sacó de la bolsa una armadura con escamas verdes. Eran las escamas del dragón de Mira, porque las escamas de Codagh eran muy pocas y yo necesitaba darle a Sorrengail las que pidió, asique le dije que me hiciese otro más grande, pero con las escamas de su dragón, y accedió a cambio de que yo no revelase cómo ella hacía las armaduras, y yo acepté. Es decir, las escamas de dragones eran impenetrables, sin importar de qué dragón fuese, pero las del imponente dragón de mí padre eran más grandes y me hacían sentir más segura por alguna razón. Además, al ser negras, quedaban bien con la ropa de cuero negro para montar que llevaba puesta.

—¿De qué material es esta jodida armadura? —masculló el, intentando atravesarla con su espada, pero sin lograr demasiado—. Hace que mí maldita espada parezca de madera.

Reí, mirando divertida su intento de destrucción masiva, pero solo consiguiendo que la pesada espada resbalase.

—Secreto...—sonreí.

𝐌𝐞𝐥𝐠𝐫𝐞𝐧'𝐬 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 | 𝑭𝒐𝒖𝒓𝒕𝒉 𝑾𝒊𝒏𝒈 𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora