Mal presentimiento

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26 de diciembre
México, ubicación no exacta

- Parece que el tiempo esta haciendo de las suyas... pero no pensé que sería tan pronto, mi pequeña niña solo espero que todo salga bien-

Era una mañana humeda, el cielo amaneció molesto, el viento era más fuerte que de costumbre y las ramas azotaban las ventanas de las casas, el tráfico empezaba a formazarce pues ya era hora del inicio del día de aquellos trabajadores mañaneros

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Era una mañana humeda, el cielo amaneció molesto, el viento era más fuerte que de costumbre y las ramas azotaban las ventanas de las casas, el tráfico empezaba a formazarce pues ya era hora del inicio del día de aquellos trabajadores mañaneros.
Chocolate y cafe. Los mejores olores y la mayor razón para abrir los ojos. La cabeza me dolía y mis ojos se querían volver a cerrar, no estaba cansada, solamente es flojera, empezé a parpadear mientras me levantaba y me reincorporaba sentandome en la cama a la vez que me acostumbraba a la luz.
No era mucha la iluminación pues estaba nublado, suspire para mentalizarme. Necesito hacer eso para empezar mis primeros movimientos del día y no caerme en el intento. Quite la pesada colcha que tenía encima, el aire frío me pegó al momento, dios, si que empezamos una mañana helada, mientras me tallaba la cara baje de la cama y me coloque mis pantunflas. Acomode mi pijama de una forma que la florecitas de mi playera no se vieran aplastadas, me pare y tambaleandome sali de mi habitación.

- Vientos y tormentas fuertes azotan la ciudad de Nueva York, al parecer la marea ha subido en las costas de nuestro país...nos libramos de los bajones de luz pero se temen apagones...-, Escuchaba las noticias que venían de la radio mientras bajaba las escaleras. Al llegar al piso de abajo pude visualizar a mi papá, cómo era costumbre el vestía su traje negro habitual, estaba sirviendose café en el comedor principal mientras veía unos papeles, yo solo lo miraba desde el final de las escaleras para pensar en como decirle los buenos días.

-Buenos días princesa, ¿cómo dormiste?- El, como siempre, me gano las primeras palabras del día.

    yo solo me límite a sonreír y me acerque a el , le di un beso en la mejilla y tome asiento en el comedor, mi papá solo se limitó a observarme de reojo.

-Pues cómo siempre pa' , nada fuera de lo común. Buenos días también- Dije para después bostezar y servirme algo de café.

-Alistaste tus cosas para la escuela?- hablo alzando su vista de sus papeles y dirigiendola a mi, mientras yo estaba embarrando chocolate en mi pan tostado.

- Tengo que ir? Digo, es el último día, hace frío y parece que va a llover, el cielo se está nublando...- dije mientras desviaba la mirada y mordía mi pan.
 
  Mi papá suele ser estricto con la responsabilidad en los estudios, es normal pero no es malo tomarse ciertas libertades, no? , Y la verdad esque no tenía muchas ganas de ir.

-Es tu último día y por eso tienes que ir, es parte de crearte responsabilidad y ten la satisfacción de saber que ya concluiste algo, además son las consecuencias de ir a extraordinario- dijo viéndome serio para después sonreír - También necesito que compres más jabón y el shampoo que hay en la farmacia cerca de tu escuela me hizo muy bien y ya lo termine - señaló con la mirada unos billetes en la mesa enfrente mío mientras bebía su café.

Yo solo lo quede viendo con una mirada juzgadora, después sonreí mientras asentía rendida y terminaba de desayunar. Me levanté y volví a mi cuarto a alistarme.
La escuela no era algo que a mi me emocionará o siquiera le viera el lado bueno, no era alguien con las mejores calificaciones ni mucho menos con la mayor sociabilidad, solo era invisible, no me molestaba en lo absoluto, no me gusta estar en la multitud y llevar conversaciónes largas con los de mi alrededor, suele ser algo aburrido y me gasta mi energía, era una cárcel del aburrimiento, era como anexarse y que te prohibieran la diversión.

Me secaba mi cabello y arreglaba el uniforme mientras me miraba en el espejo del baño que tenía en mi cuarto.
Si iba a pasar vergüenza en la escuela que por lo menos me llevarán a la dirección descente. Mi papá siempre decía que uno nunca sabe cuando lo pueden exponer en público, por eso siempre hay que salir presentables a todos lados, quizás solo era una excusa que se inventaba para utilizar sus perfumes caros y coquetear con mujeres, pero es algo que se me hizo costumbre.
Secaba mi pelo y acomodaba mi fleco, en estos momentos deseaba el cabello corto, le facilitaría la vida a mi lado valemadrista y flojo, pero no, mi papá aun no me daba permiso para cortarme el cabello, decía que asi me parecía un poco a mamá. No era algo que me importará, pero el se veía alegre de ver mi cabello decente y pues a lo mejor tenga razón, aun tengo 12 años, no me arruinare el cabello tan pronto.

Mientras peinaba mi distintivo mechón rojo sentí una presión en mi estómago y un asco se apoderó de mi, sentí que iba a vomitar pero la verdad esque no quería, ese cafe era demasiado rico como para desperdiciarlo. Después de que se fueran las ganas de vomitar me quedo una sensación extraña, el asco siempre venía a mi como la respuesta de mis nervios mañaneros antes de ir a enfrentarme a la gente pero esta vez me dejo una sensación de inquietud, como si tuviera algo pendiente, era extraño pues era el último día de clases y no tenía algún compromiso anotado, deje pasar la situación aunque el sentimiento me quedo. Sali del baño y me coloque mis clásicos tenis rojos con suela blanca y cordones negros, al igual que mi clásica carhartt roja que me regaló mi papá hace años, era algo grande pues su idea es que la conserve muchos años.
Es irónico que tenga el rojo tan presente pero que mi color favorito sea el azul, tome mi mochila esta vez de color azul claro y me la puse en la espalda, daba igual si me olvidaba de algo, era el último día y ni le entendía a las horribles letras. Sali de casa pues mi padre ya se había ido al trabajo y mientras caminaba al sitio de taxis no paraba de pasar por mi mente esa horrible sensación, cómo si algo fuera a suceder.

Tome un taxi y di el nombre de mi colegio, no era algo difícil, mi uniforme era reconocido de una escuela privada, las típicas falditas con el chalequito y la camisa de vestir debajo, solo había una escuela privada cercana asi que fue una conversación bastante corta para mí suerte. Iba viendo por la ventana mientras jugaba a adivinar anuncios de la ciudad, era inútil, las letras parecían bailar. Al cabo de 20 minutos llegué a mi destino, pague y baje del carro, no había pierde, era un terreno con una gran barda y considerables cantidades de áreas verdes, podía ver a bastantes alumnos de diferentes edades ingresar, era desde kinder a preparatoria pero era mi primer año ahí y además de eso el último de primaria.

Siempre eh tenido problemas en la escuela y no me malentiendas, no soy idiota, tengo mi capacidad de razonamiento, entendimiento y comprensión bastante bien,el problema es la maldita lectura, las letras se burlan de mi cada que las veo y mi atención baila junto con ellas además que curiosamente siempre eh tenido accidentes que hacen que cambie de colegio.
Me adentré y camine por las banquetas, mientras rezaba internamente en librarme del contacto visual, sentía las miradas a mi alrededor, era una sensación horrible a la que no me acostumbraba, mis piernas temblaban pero aún servían asi que apresuré mi caminar hasta entrar al edificio y adentrarme en el primer elevador que se cruzo en mi camino.
Hoy presiento que sera un largo día...

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